MARÍTIMA

Un barco gallego denuncia el hostigamiento de Greenpeace en la pesca del tiburón

Los ecologistas aseguran que protestaron de manera pacífica para alertar que se trata de una especie en peligro

Pesca del tiburón GREENPEACE

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Para los pescadores fue un acto de hostigamiento. Para Greenpeace, una protesta pacífica. El palengrero gallego «Ameal» , con base en el puerto de A Guarda, recibió hace dos días la visita del barco «Esperanza» de la organización ecologista cuando se encontraba faenando a unas 300 millas de Azores. Según Greenpeace, simplemente se filmó al barco y se desplegó una pancarta para alertar de que el tiburón es una especie ameanzada . Pero el acto ha sido condenado esta mañana por la Cofederación Española de Pesca (Cepesca) que afirma que se trata de una práctica «inadmisible».

«Es lamentable que estos grupos no enfoquen sus esfuerzos en los barcos que realizan pesca ilegal y que hayan de recurrir a este tipo de acciones para suplir con sensacionalismo la razón que aportan los datos y los hechos», asevera el secretario general de Cepesca, Javier Garat. Los pescadores aseguran que cumplen escrupulosamente la legalidad, cuentan con licencias y están sometidos a controles. Garat acusa a los ecologistas de «demonizar una pesquería» que además es un «referente de pesca sostenible a escala mundial».

Pero Greenpeace discrepa. Sebastián Losada, asesor para temas marinos de la organización ecologista, afirma que el problema radica en que «no hay cupo» establecido para la pesca de las distintas especies de tiburones y que buena parte de ellas se encuentran en peligro. «Que sea legal no significa que sea sostenible» , afirma el ecologista. Hace tan solo un mes, recuerda, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, clasificó a 17 especies de tiburones como en peligro de extinción , entre ellas el tiburón marrajo común (el hermano chico del gran tiburón blanco), una de las más capturadas por los barcos españoles. «Son pesquerías que no están reguladas», insiste Losada, que pide medidas para poder conservar al tiburón.

El ecologista subraya que en ningún momento se hostigó al «Ameal», como defienden los pescadores, ni se impidió que siguiese faenando . La organización asegura que el palengrero gallego realizaba una práctica habitual. Al intentar capturar pez espada, estos barcos atrapan cuatro veces más cantidad de tiburones en peso. Durante la protesta, la tripulación de Greenpeace no observó que se capturara ni un solo pez espada y advirtió, en cambio, la extracción de al menos ocho tiburones de la línea de pesca de casi 64 kilómetros de largo.

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