En el banquillo la mujer que prendió dieciséis fuegos en un día con un mechero de «Amo Galicia»

Se la acusa de un delito continuado de incendio forestal, por el que se enfrenta a la pena de 16 años de prisión

Arsenal incendiario localizado en el vehículo de la presunta incendiaria ABC

P. A.

La vecina de Cerceda que saltó a los medios en el verano de 2016 por tratar de provocar hasta dieciséis fuegos en un día se sentará la próxima semana en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de La Coruña para enfrentarse a una petición de 16 años de prisión por un delito continuado de incendio . Según el escrito de acusación, esta mujer de 56 años y residente en esta localidad coruñesa, aprovechaba el viaje de regreso tras llevar a su marido al trabajo para ir plantando fuegos a su paso. La profesionalidad con la que presuntamente actuaba era tal que disponía de un arsenal compuesto por mecheros (entre ellos uno con el mensaje Amo Galicia), velas aromáticas, cerillas y papeles de los que se valía para avivar las llamas.

Sus actuaciones, explica la fiscal, se producían siempre «en un radio aproximado de 3 kilómetros» y «siempre en las mismas franjas horarias» . Estas circunstancias coincidían en el tiempo con los turnos de trabajo que el marido de la acusada cumplía en la gasolinera donde trabaja, y que ella aprovechaba para prender los focos a su regreso. Así, los agentes del Seprona que iniciaron la investigación en torno a la presunta incendiaria «verificaron que a diario efectuaba desplazamientos en las mismas franjas y por estas localidades al volante de un vehículo de su propiedad». «Fruto de estas investigaciones pudo constatarse que la procesada plantó al menos los siguientes fuegos», recoge el escrito del Ministerio Público para enumerar hasta dieciséis focos en solo una mañana .

Cerca de una casa habitada

La supuesta incendiaria, que responde a las iniciales MC.G.G., fue detenida el 12 de agosto de 2016 en las inmediaciones de un terreno boscosos donde llegó a prender focos en siete parcelas, «y que no llegaron a extenderse gracias a la rápida intervención de los agentes que efectuaban el seguimiento». Estos fuegos, remarca la fiscal del caso, se hallaban además a escasos metros de una vivienda unifamiliar que estaba habitada.

En el momento del arresto, los efectivos localizaron en el vehículo de la mujer cinco velas, seis mecheros (uno de ellos de cocina), y una caja de cerillas. Además, llevaba los bolsillos llenos de velas de pequeño tamaño , papeles, pañuelos y más mecheros.

Los intentos por quemar el monte que han llevado a la acusada a sentarse en el banquillo se produjeron en jornadas especialmente sensibles para el monte, con temperaturas que rondaron los 30 grados , vientos de hasta 30 kilómetros por horas y una humedad relativa del 30 por ciento. Factores que responde a la bautizada como «regla de los 30» y que pueden hacer que un pequeño conato se convierta en un fuego imparable. En este sentido, la fiscal del caso tiene claro que « estas circunstancias no solo eran conocidas por la procesada , sino que fueron aprovechadas por la misma».

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