La Xunta espera poder erradicar la plaga en un año
La Xunta espera poder erradicar la plaga en un año - MGUEL MUÑIZ
PLAGA DE LA PULGA GUATEMALTECA

Se amplía la «zona cero» de la patata

Medio Rural confirma la prohibición de venta y cultivo en 31 concellos de La Coruña y Lugo. Se delimitan otras «zonas tampón» para extremar los controles

Santiago Actualizado: Guardar
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Avanzadilla de la Xunta de Galicia para iniciar la batalla contra la plaga de la patata. El Diario Oficial de Galicia (DOG) publicó ayer su desarrollo del decreto elaborado por el Ministerio de Agricultura, con el objetivo de acabar primero con la expansión y después con la presencia de la Tecia Solanivora en las parcelas de la Comunidad. A los treinta y un concellos de las provincias de La Coruña y Lugo declarados como «zona infestada», se sumarán otros dieciséis donde se extremará la vigilancia y se limitará el comercio del tubérculo. Son las denominados territorios «tampón»: franjas de cinco kilómetros alrededor de los ayuntamientos más perjudicados. En el caso de Somozas, Moeche, Cerdido, Cedeira y Cariño, el corredor vedado alcanzará el 95 por ciento de su extensión total.

La resolución de la Consellería do Medio Rural viene a confirmar los presagios del sector. Desde el pasado 5 de marzo, buena parte del litoral coruñés y lucense tiene ya prohibido el cultivo. Únicamente se contempla una excepción: la siembra para «fines científicos y de ensayo para el control de la plaga», siempre y cuando lo autorice la administración.

El veto, además, se aplica con efecto retroactivo sobre todas las cosechas de campañas pasadas. La patata germinada será desenterrada para que un «control oficial» la examine y, posteriormente, la destruya. En estas fincas, la Xunta obligará a los propietarios a aplicar, al menos una vez al año, un tratamiento fitosanitario sobre la tierra.

Almacenaje y comercio

La plaga, en Galicia, se desarrolla en circunstancias especiales. La Comunidad produce alrededor de 500.000 toneladas cada año, pero el Gobierno gallego subraya «el gran número de pequeñas parcelas con destino al autoconsumo». Precisamente por este hecho, las condiciones de conservación son domésticas y difíciles de controlar por las autoridades. Pues bien, a partir de ahora ningún almacén podrá dar cobijo a patatas recogidas en zonas afectadas. En esta línea, Medio Rural procederá a su destrucción en cuanto los propietarios de las haciendas comuniquen la cantidad que tienen depositada. Lo mismo ocurrirá con las patatas destinadas a la siembra o con las cajas que han estado en contacto con los tubérculos contaminados. Las medidas de prevención son más estrictas para los establecimientos comerciales. En su caso, deberán desinfectarse todos los recintos, en cuyas puertas y ventanas será necesario colocar mallas tupidas para evitar la entrada de la Tecia.

Más allá del cultivo y el almacenamiento, las restricciones se amplían al último eslabón de la cadena: el comercio. Para prevenir cualquier incidente, el Gobierno gallego rubricó con su resolución la prohibición de vender la patata a granel en los cuarenta y seis concellos perjudicados. Solo quedará libre para salir al mercado la producción envasada al vacío, expresamente preparada «para el consumo directo».

Ni venta, ni tampoco transporte. La Xunta termina con el movimiento de la patata entre las «zonas infestadas», exceptuando los viajes que tengan como destino vertederos autorizados. Los vehículos destinados a este fin tendrán que estar debidamente «protegidos» contra «pulga guatemalteca», y solo podrán circular por rutas de reparto pensadas para que la última descarga sea siempre en los municipios afectados.

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