Alberto Núñez Feijóo: «La AP-9 acabará siendo transferida a Galicia, pero este no es el momento»

ABC conversa con el jefe del Ejecutivo autonómico. En esta primera entrega aborda temas de interés gallego como la sequía o la AP-9. Mañana, el diálogo mirará a Cataluña y la financiación

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, durante su conversación con ABC MIGUEL MUÑIZ

JOSÉ LUIS JIMÉNEZ

Despide al embajador de Argentina en España hasta la misma puerta de Monte Pío, y pide unos minutos para repasar cuatro notas antes de atender la entrevista. Confiesa que la vida «es mejor» desde que es padre del pequeño Alberto, del que dice «me ha ayudado a relativizar la importancia de la política», e incluso «a conciliar» en casa, dadas las exigencias del alto puesto directivo en Inditex de su pareja, Eva Cárdenas. «Es un placer cuando hay que dormir con el bebé», reconoce.

—¿Está Galicia preparada para la sequía inminente que se le avecina?

—Cada vez un poco más pero no lo suficiente. Hemos activado la prealerta hace más de un año pero no hemos sido conscientes de lo que significa. La prealerta se activa en septiembre de 2016. Y tras ella se siguió baldeando calles, regando calles y jardines, no notificar a industrias y usuarios la necesidad de ahorrar… La alerta vino en octubre de este año. Ni nosotros tuvimos la pericia para hacer ver las dificultades, ni los concellos tomaron medidas concretas para el ahorro. Ahora parece que está empezando a concienciarse.

—¿Tiene que empezar a acostumbrarse la ciudadanía a este tipo de situaciones?

—Es la situación más seca de los últimos 28 años, pero hay una diferencia, y es que el suelo sí es el más seco de los últimos 60. Y de septiembre a noviembre hemos tenido los meses más secos que recordamos. Tenemos la necesidad que el cambio climático es un hecho, que no conocemos sus consecuencias, y que tenemos millones de metros cúbicos de pérdidas en las redes de abastecimiento en las redes mientras algunos ayuntamientos no han priorizado las infraestructuras hidráulicas sino que han dedicado ese dinero a calles, aceras y ornamentos. El dinero del agua debe dedicarse a garantizar el suministro y la red, y lamentablemente en algunos ayuntamientos no ha sido así.

—Meirás. ¿Ve margen para que el Pazo regrese al patrimonio público?

—Si legalmente es posible, sí. Si no lo es… En un estado de derecho, lo que no es legal no se puede hacer, salvo que expropiemos. Pero si Galicia ya pagó para darle a la familia Franco el Pazo, no creo que los gallegos estén dispuesto a volver a pagar para recuperarlo. Tenemos el compromiso de que si legalmente podemos acreditar vicio en el consentimiento o nulidad en la compra del inmueble, debemos explorar esa vía. Yo soy partidario de reclamar el Pazo de Meirás.

—AP-9. La oposición pide que Fomento asuma el coste de las obras de ampliación y que no se repercuta así sobre los peajes. ¿Es posible?

—Para mí, en este momento la prioridad con cargo a los Presupuestos del Estado es el AVE. Lo tengo clarísimo. El incremento de los peajes se sabe desde hace seis años, cuando el gobierno anterior pactó que la concesionaria ampliara la autopista con sus propios recursos. Esta es una decisión conocida. La prioridad de Fomento ahora es acabar el AVE en los plazos previstos y conectar todas las ciudades con AVE, y hay ciudades que no lo tienen, como Ferrol y Lugo, y en el caso de Vigo no es directa sino a través de Santiago. Eso, y acabar las autovías en ejecución Lugo-Santiago y Orense-Lugo.

—¿No empeñó demasiado capital político en el traspaso de la AP-9, a la vista de que el Estado no está por la labor?

—No, para nada. Si no hubiésemos planteado esto, no nos habríamos ahorrado 400 millones de euros en los copagos de los peajes de Rande y A Barcala. Hoy seguiríamos pagando 7 millones al año hasta 2048. Hacer una propuesta y que Galicia deje de gastar 400 millones… ¡Haría una a la semana! Y yo no he retirado la propuesta. Es verdad que en el momento en el que estamos, en que catalanes y vascos piden todas las autopistas, pasen o no íntegramente por su territorio, incluso aquellas que lo hacen parcialmente, es complicado. Mi petición no es la vasca ni la catalana. Yo no pido una autovía que nace en Madrid, pasa por Astorga y acaba en La Coruña. Pido una íntegramente en Galicia. No es una posición personal sino la del PPdeG. Si mi capital político le produce un ahorro de 400 millones de euros, me quedo con lo segundo. Y añado: esa autovía se acabará transfiriendo a Galicia.

—O sea, que todavía espera a tiempos mejores

—Desde luego, este es el peor.

—Mes y medio después de los graves incendios, ¿cómo los recuerda desde la distancia?

—Este verano pasaron cosas muy raras. Llevábamos todo el año sin agua, con dificultades para obtenerla con los helicópteros e hidroaviones, y aun así manteníamos un éxito sin precedentes hasta el fatídico 12-13 de octubre. Once mil y pico hectáreas hasta esa fecha. Me di cuenta que algo podía ocurrir en esa madrugada de octubre. Llegaba a Moaña y me encontré con el macroincendio de Pazos de Borbén y Ponteareas. Y el huracán Ophelia estaba por entrar. Le escribí a la conselleira porque aquello no me gustaba nada. La semana anterior ya habían intentado plantarnos fuego en los cinco parques naturales.

—¿Fue acertado reconocer que el fuego estuvo descontrolado aquella madrugada?

—Es que lo estuvo. No sé si fue acertado o no, pero es que era la verdad. Cuando nos entran cinco incendios de Portugal cruzando el Miño y llega el Ophelia, el fuego se propaga por las copas de los árboles. Era un domingo. Y en los ayuntamientos, la mayoría de ellos sin brigada porque no quisieron pactarla, tomamos la decisión de abandonar los montes para proteger la población. Ese fuego automáticamente queda descontrolado. Los gallegos juzgan a los políticos en función de la percepción que tienen de lo que les dicen. El problema es decir que todo estaba controlado y que luego te ardan 46.000 hectáreas.

—En 2006 usted pidió la dimisión del entonces conselleiro por el «agosto negro». ¿No se visualizó en aquel momento cuando defendió a su conselleira en el Parlamento?

—Comprendo que haya muchos gallegos que se acordaran de lo que dije en 2006. Llevo ocho años de gestión de incendios, y pueden saber cómo lo he hecho. Las condiciones meteorológicas de este año, si llevamos una sequía inédita en 28 años y el suelo más seco de 60 años, y Meteogalicia diciendo que tuvimos un huracán excepcional en nuestra historia… Añado: en 2006 se cometieron errores como cambiar los distritos forestales y sus jefes, cambiar la dirección general de montes. Y eso se produjo en una semana larga en el mes de agosto, y el comportamiento de algunos políticos con sus vacaciones en aquella época… No seré yo quien opine sobre ello. Si desmantelas un dispositivo que funcionaba, además en pleno mes de agosto de riesgo máximo… Yo he dado la cara desde el primer instante en que empezamos a advertir que esto tenía mala pinta. La gestión de incendios de este gobierno hay que verla en la perspectiva de los diez años. Y este 2017, con 11.000 hectáreas hasta el 14 de octubre con el año más seco de los últimos 28, creo que es una gestión a valorar.

—Nuevo liderazgo en el PSdeG. ¿Ha tenido ocasión de hablar con Gonzalo Caballero?

—Hemos hablado por teléfono cuando ganó las primarias, luego mantuvimos un contacto el otro día en un acto, y creo que nos vamos a ver pronto. Estamos cuadrando agendas. Ahora está con primarias provinciales y estará bastante ocupado. Pero si no es en diciembre será a comienzos de enero. Yo tengo mucho interés en hablar con el nuevo secretario general del PSdeG.

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