SENTENCIA

5 meses de cárcel por meter en un grupo de Whatsapp y enviar mensajes a su exmujer, con la que no podía comunicarse

También dio 14 likes en su página de Facebook suya y escribió a la pareja del hermano de ella y a su madre

ARUN SANKAR/AFP

D. G.

La Audiencia Provincial de Pontevedra ha desestimado el recurso interpuesto por el hombre que fue condenado a 5 meses de cárcel por enviar mensajes por la aplicación Messenger de Facebook, dar 14 « likes » a publicaciones de Facebook e introducir en un grupo de Whatsapp y escribirle mensajes en él a su exmujer, con la que tenía un hijo en común. En la condena se había impuesto el agravante de reincidencia y el atenuante de reparación del daño.

Estos hechos ocurrieron cuando constaba una orden de protección a favor de la mujer, prohibiendo al hombre acercarse a menos de 200 metros de ella y comunicarse con ella por cualquier medio directo o indirecto. Unos meses después, en febrero de 2017, el hombre dio 14 «likes» en un álbum de fotos de la página de Facebook de la mujer. Durante el mismo mes, creó un grupo de Whatsapp donde incluyó a esta persona y le escribió este mensaje: «lo siento sólo quiero que se acabe esta pesadilla por favor, sólo os pido perdón lo siento muchos pido perdón...».

Las comunicaciones no terminaron ahí, sino que también le habló por la aplicación Messenger de Facebook hasta el mes de abril: «tequiero y a la princesa también», «os echo de menos, sois mis amores donde estéis, sólo me gustaría darles un abrazo a las dos, quiero lo mejor para ti y la niña», «estoy aquí para que estéis bien», «yo no quiero volver», «todo este asunto de juicios y carcel me mata cada día», «lo siento por ser gilipollas», «os amo con todo mi cariño», «estáis preciosas no puedo dejar de ver la foto».

Además, escribió a la pareja del hermano de la mujer en varias ocasiones, además de con la madre .

El acusado recurrió, basando su recurso en que había confesado y que había decidido colaborar con la justicia. Pero no sirvió para nada, ya que el juez considera que el hombre ya estaba suficientemente identificado, por lo que la confesión no fue necesaria, además de no realizarse antes de comenzar la investigación. Además, el reconocimiento tampoco ayudó, ya que se podía comprobar con el número de móvil o a través de la cuenta de Facebook el titular de los mensajes.

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