Política

Ximo Puig impone el adelanto electoral valenciano frente al «no» de sus socios de Compromís

El presidente de la Generalitat convoca el 28 de abril para separarse del resto de regiones y en busca de más participación

Ximo Puig, minutos previos al anuncio oficial del adelanto de las elecciones autonómicas MIKEL PONCE

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La idea de adelantar las elecciones en la Comunidad Valenciana rondaba ya en la cabeza de Ximo Puig hace un año . Pero lo que era un escenario improbable en ese momento se convirtió ayer de forma oficial en una realidad. El presidente de la Generalitat dio por finalizada antes de tiempo la legislatura para hacer coincidir los comicios autonómicos con los generales el 28 de abril .

Las causas expresadas fueron las mismas que le llevaron a plantearse esta opción en un principio: tratar de liderar un discurso propio mediante un calendario singular como ocurre con las comunidades históricas (Cataluña, Andalucía, País Vasco y Galicia). «Votaremos como actores de primera fila de la política española, en igualdad de condiciones con las otras autonomías que ya ejercen ese derecho», afirmó en una comparecencia en el Palau, reivindicando «el autogobierno, la autonomía y la identidad».

[El día que Ximo Puig se la devolvió a Mónica Oltra]

Poniendo en valor el Acuerdo del Botánico -firmado por PSPV, Compromís y Podemos-, apeló igualmente al «interés de los valencianos» rechazando que se trate de una cuestión partidista.

La decisión parecía estar tomada desde hace unos días. Su círculo de confianza -con quien se reunió en la tarde del domingo para activar el anticipo- sitúa la determinación definitiva en una semana atrás, cuando comenzaron a mantenerse los contactos para llevarla a cabo. Desde entonces, estuvo hablando con Ferraz -Pedro Sánchez le comunicó su apoyo- y con otros partidos como Podemos -que no lo vieron con malos ojos-.

Estas mismas fuentes apuntan a dos desencadenantes principalmente. De un lado, la alerta ante las elecciones en Andalucía, que dieron el gobierno a la derecha. De otro, el adelanto de las generales. El análisis que realizan es que tras lo ocurrido en el territorio andaluz habrá una movilización importante de la izquierda para el 28 de abril, que entienden que no se repetiría para el 26 de mayo -cuando están convocadas las autonómicas y municipales-.

Pero no todos los analistas lo observan así. La decisión de Puig, tomada en solitario al depender del presidente de la Generalitat, puede no salir como se espera y acabar afectando a su figura -«es mi responsabilidad, no quiero diluirla», señaló éste públicamente-. Además, un aumento en los votos de los socialistas tampoco asegura la gobernabilidad de la Comunidad Valenciana si no se consigue un mayor respaldo de Compromís y de Podemos para poder pactar.

Mónica Oltra, ayer durante la rueda de prensa tras la comparecencia de Puig MIKEL PONCE

Con todo, el jefe del Consell -que confía plenamente en un aumento de la participación- ha optado por seguir adelante con otro factor importante en su contra: la oposición frontal de Compromís, sus socios en el Ejecutivo .

Puig se reunía ayer en el Palau sobre las 12 horas con la líder de la coalición, Mónica Oltra, para abordar el adelanto. Alrededor de las 17 horas, convocaba un pleno extraordinario, en el cual la vicepresidenta de la Generalitat comunicaba la oposición de Compromís en nombre del resto de consellers. Aunque no se producía una votación a mano alzada, posteriormente Oltra señalaba que el anticipo electoral había salido «cinco contra cinco» con el voto de calidad de Puig .

Descontento de Oltra

Pese a que en una rueda de prensa tras la del jefe del Consell negó sentirse traicionada, Oltra afirmó que era la única de las decisiones en estos años de legislatura que no se ha tomado por unanimidad. «La última vez que hablé con el presidente sobre esta cuestión fue el 15 de febrero, coincidiendo con la convocatoria de elecciones generales. Ambos acordamos un mensaje común de que no había razones políticas para avanzar las elecciones autonómicas. Yo soy una persona leal y coherente y entiendo que si no ha habido un cambio, la opinión se mantiene intacta», relató evidenciando su descontento.

En su opinión, la singularización de la identidad valenciana en las elecciones «no es compatible» con convocar unos comicios autonómicos al mismo tiempo que los generales. Oltra optó por el papel institucional -rechazó calificar a Puig de desleal- y no impugnará la decisión aunque cree que hay dudas legales. El resultado se comprobará en abril, mientras en el Palau el convencimiento en la victoria se podía escuchar ayer a través de una cita: «Todos los hombres tenemos derecho a equivocarnos, pero esta vez no nos equivocaremos».

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