Alberto Caparrós - Crónicas sabáticas

El día que Ximo Puig se la devolvió a Mónica Oltra

«El presidente de la Generalitat sabe que se juega su carrera si no logra un voto más que Compromís y ya se ha puesto en marcha»

Imagen de Mónica Oltra tomada este lunes MIKEL PONCE
Alberto Caparrós

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La noche del 24 de mayo de 2015, Ximo Puig compareció ante los medios de comunicación en la antigua sede del PSPV tras un cartel que rezaba «President» . El morellano tocaba la gloria a pesar de haber cosechado el peor resultado de la historia de los socialistas valencianos ante un Partido Popular lastrado por el goteo de casos de corrupción y el desgaste de veinte años de gobierno.

La aritmética era clara. Los escaños del PSPV, Compromís y Podemos superaban la cifra mágica de los cincuenta escaños que otorgan la mayoría absoluta en las Cortes Valencianas. Puig aplicó aquella noche la lógica. Como candidato más votado del bloque de izquierdas era a él a quien correspondía presidir la Generalitat. Sin embargo, Mónica Oltra le hizo sudar tinta. Compromís había sido la fuerza que más había crecido en votos. Un argumento que Oltra empleó para reclamar la Presidencia de la Comunidad Valenciana.

Tras unas semanas de tira y afloja, el 11 de junio de 2015, PSPV, Compromís y Podemos firmaron el llamado «Acuerdo del Botánico» . Un pacto de Gobierno que ha permanecido vivo hasta que este 4 de marzo de 2019 Ximo Puig ha dado por comenzada La campaña electoral. Se queja Oltra de que tras haber tomado -ojo al dato que diría el maestro García - «5.746 decisiones por unanimidad», Puig ha impuesto su criterio, en virtud de la potestad que le otorga el Estatuto de Autonomía , para convocar las elecciones autonómicas cuando a Compromís no le interesa. El principal adversario del candidato del PSPV en las urnas no es el Partido Popular de Isabel Bonig. Ni Vox. Ni Toni Cantó, ahora en las filas de Ciudadanos. Ni un Podemos -ese socio tan necesario como invisible- a la baja. La gran rival de Ximo Puig es Mónica Oltra. Y este lunes ha activado la maquinaria para derrotarla. El acuerdo número 5.747 puede esperar.

Imagen de Mónica Oltra tomada este lunes MIKEK PONCE

Puig es consciente de que para seguir gobernando tras el 28 de abril no le quedará otro camino que reeditar el pacto de Gobierno con Compromís y Podemos. En esta ocasión no le queda la baza de Ciudadanos ( que era su predilección cuatro años atrás ). Pero, al tiempo, Puig sabe que se juega su dilatada carrera política si no es capaz de cosechar un escaño más que Compromís. Porque si así fuera, Oltra comparecería esa noche tras un cartel de «Presidenta». Y Puig, más allá del discurso del autogobierno, la identidad y la visibilidad , no se lo va a poner fácil, aunque para ello convoque a los valencianos a votar en pleno puente de Pascua tras una campaña entre pasos de Semana Santa , monas en San Vicente de Llíria y los primeros baños en Benidorm entre mitin y mitin de Pedro Sánchez y Pablo Casado .

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