Análisis

Valencia le disputa a Barcelona la «capitalidad» mediterránea

Las elites políticas y empresariales perciben una oportunidad histórica propiciada por el desafío separatista catalán

Imagen de las instalaciones del puerto de Valencia ROBER SOLSONA
Alberto Caparrós

Esta funcionalidad es sólo para registrados

«La Comunidad Valenciana siempre sufre especialmente las crisis económicas pero en tiempos de aceleración crece por encima de la media» . La máxima del vicepresidente de la CEOE José Vicente González vuelve a cumplirse y, en el actual ciclo se refuerza por la inestabilidad política catalana. Los servicios de predicción de entidades como Funcas o el BBVA sitúan a la región a la cabeza del crecimiento ecomómico en España tanto este año como para el siguiente. Justo lo contrario que su vecina Cataluña, víctima de los efectos de la deriva separatista.

Aunque las elites empresariales y políticas eviten admitirlo en público, las consecuencias del golpe al estado de derecho del destituido Gobierno catalán han brindado una oportunidad para la Comunidad Valenciana y han espoleado la propuesta pragmatica del presidente de la Generalitat, Ximo Puig , que en esta estrategia camina de la mano de la patronal y los sindicatos.

Tanto Puig como los empresarios valencianos han advertido el momento histórico que tienen ante sí para resolver al alimón el «problema valenciano» y levantar la «hipoteca reputacional» que ha pesado como una losa sobre la imagen de la región durante los últimos años.

Los indicadores de llegada de turistas extranjeros y exportaciones, ambos en cotas históricas, contrastan con los de Cataluña, y especialmente Barcelona. Además, Madrid ha superado a Cataluña como el principal cliente de las empresas valencianas .

En este contexto, el frente común para reclamar un nuevo modelo de financiación autonómica (que comparte el PP valenciano pese a evitar fotos incómodas en las manifestaciones) pasa por plantear una reivindicación «desde la lealtad a España» y alejada del «rupturismo» de los soberanistas catalanes.

El Gobierno valenciano ha comprobado en sus propias carnes los efectos nocivos del proceso secesionista, pero a la inversa. Las dos grandes entidades financieras catalanas -CaixaBank y Banco Sabadell - han trasladado sus sedes a Valencia y Alicante. Conforme recalca el consejero delegado de la primera, Gonzalo Gortázar , los bancos catalanes tienen «plena confianza en la estabilidad» que les brinda el Ejecutivo autonómico y su traslado no es temporal.

A pesar de que solo un doce por ciento de las empresas que han abandonado Cataluña han escogido la Comunidad Valenciana como de destino para sus sedes sociales, l a región aglutina la mayoría de la facturación , un 40%, lo que supone 11.007 millones, de acuerdo con un estudio del Centro de Predicción Económica (Ceprede) elaborado a principios de este mes.

Desvío de las inversiones y crecimiento del PIB

El presidente de la patronal autonómica valenciana, Salvador Navarro , pronostica que la crisis catalana propiciará un «desvió de las inversiones» a la comunidad vecina. Un vaticinio ratificado por el servicio de estudios económicos de Funcas presentado esta semana, que prevé que la Comunidad Valenciana crezca cerca del doble que Cataluña el próximo año.

En ese mismo acto, Ximo Puig defendió que se está consiguiendo «la mayor etapa de crecimiento de la Comunitat Valenciana respecto a la media española desde el cambio de milenio» , al encadenarse cinco ejercicios seguidos de crecimiento por encima de dicha media.

En esa línea, el Gobierno que forman PSPV-PSOE y Compromís, pese a los postulados defendidos en el pasado por algunos de sus más destacados dirigentes, ha optado por la vía práctica y marca distancias con las tesis separatistas con los factores económicos por encima de las banderas, a pesar de las discrepancias internas en la coalición que lidera Mónica Oltra.

El «renacimiento valenciano» al que aspira la clase política y empresarial está condicionado, no obstante, por dos factores que escapan de su ámbito directo de decisión: la financiación autonómica y la inversión estatal en grandes infraestructuras.

En el primer caso, todos los informes de expertos avalan que la Comunidad Valenciana percibe 1.600 millones de euros menos al año de lo que en realidad necesita para afrontar el gasto social. En su propuesta al Gobierno presentada este viernes, la Generalitat ha reclamado la condonación de 20.245 millones por lo que considera «insuficiencias» del actual modelo, vigente desde el año 2009.

Imagen de archivo de Juan Roig y Ximo Puig MIKEL PONCE

La urgencia de revisar el actual modelo al alza junto con la reclamación de las obras del Corredor Mediterráneo constituyen las dos cuestiones nucleares que concitan unanimidad.

La Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), con el presidente de Mercadona, Juan Roig , a la cabeza, se ha puesto al frente de una campaña para reivindicar la ejecución de las obras del eje ferroviario con la idea de pasar de «una España radial a una circular» . El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna , cuya interlocución con Juan Roig es directa, ya ha dado los primeros pasos con el proyecto de la plataforma entre Valencia y Tarragona, que incide en un modelo en el que la Comunidad Valenciana aspira a aprovechar el caldo de cultivo generado por la inestabilidad política catalana para ocupar el papel protagonista que no ha sido capaz de desempeñar en las últimas décadas y que había quedado reservado para Barcelona.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación