Tomar el control

De los resultados populares en Cataluña el propio partido debe de sacar serias conclusiones para enfilar el sentido común y sobreponerse… y los populares valencianos más si cabe . ¿Quién no ha tenido el “típico cuñado” que en estas citas navideñas ha comentado que Ciudadanos irá engullendo al PP elección tras elección? Yo sinceramente no lo veo, pero no quiere decir que los populares no deben espabilar.

El discurso nacional de Mariano Rajoy en Cataluña no tiene ni venta ni apoyo civil. El mejor resultado de los populares fue en 2010 con cerca de medio millón de votos y un apoyo del 12%. En aquel momento obtuvieron 18 diputados. A partir de ese año, cada contienda electoral ha sido una sangría de pérdida apoyos hasta los 185.000 cosechados el pasado 21 de diciembre y con un 4%. Con la barrera electoral valenciana los populares serían fuerza extraparlamentaria.

Casi parecido ocurre en el País Vasco con el Partido Popular. De sus mejores resultados obtenidos en 2005 con un 17% de apoyos y 210.000 votos, han perdido más de 100.000 apoyos en estos últimos diez años.

Con esto no quiero decir nada en contra de la militancia popular de ambas autonomías , todo lo contrario, sino del enfoque, el análisis y el discurso que se da de ambos territorios desde la planta noble de Génova, muchas veces alejada de la realidad social del territorio. En Andalucía tanto en 2011, como en 2015, con todo el escándalo de los ERES y Chávez y Griñán en auge tampoco sirvió para que los populares dieran el “sorpasso” al socialismo andalúz.

El liderazgo de Inés Arrimadas es único y vinculado a un territorio en concreto. Ciudadanos en el País Vasco no tiene representación y en la Comunitat Valenciana tampoco hay un liderazgo visible. Fernando Giner está muy vinculado a la capital del Turia pero con una oposición muy tibia y Toni Cantó puede tener una imagen conocida pero un desconocimiento total de nuestra región. Además de un grupo parlamentario en las Cortes fraccionado y con fuga de diputados.

Los populares valencianos deben de reaccionar. La militancia de base no se merece tener un partido “intervenido” desde Génova, por sesudos analistas, que desconocen el día a día de nuestra tierra. Una situación en el Ayuntamiento de Valencia paralizada desde el inicio de la legislatura que impide hacer una oposición normal en la tercera capital de España, y en la ciudad que supone más del 20% del voto autonómico, y te hace decidir también la Diputación de Valencia. Gestora en Valencia Ciudad desde hace 18 meses, con más que escasos recursos y gestora provincial. Dudo que Maillo y sus correlegionarios tengan el secreto para solucionarlo todo y ganar las elecciones en 2019. La militancia popular valenciana se merece otra cosa y un partido que ofrece cerca de un millón de votos a Rajoy no puede estar “sumiso”. Las encuestas publicadas desde la vuelta del verano indican un parón en el 30% de los apoyos. Inmovilidad en lo que queda de legislatura no es la solución. Esperemos que los resultados en Cataluña hagan abrir los ojos a más de uno .