Un hombre pide dinero en las calles de Valencia
Un hombre pide dinero en las calles de Valencia - ROBER SOLSONA

SociedadUno de cada cinco hogares valencianos sigue bajo el umbral de la pobreza

Pese a que la renta media frena su caída, un informe refleja que los sectores más desfavorecidos no se aprovechan aún de las mejoras porque se incrementan las desigualdades en la distribución de esta renta

VALENCIA Actualizado: Guardar
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Desde el inicio dela crisis, la renta media en la Comunidad Valenciana ha frenado su caída por primera vez. Sin embargo, uno cada cinco hogares sigue bajo el umbral de la pobreza. Así se recoge en la tercera edición del Informe anual de coyuntura «Análisis y perspectivas Comunitat Valenciana 2016», elaborado por el Observatorio de Investigación sobre Pobreza y Exclusión en la Comunidad Valenciana, en el que colaboran la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia, las Cáritas diocesanas de la Comunidad Valenciana y la Fundación FOESSA.

Según destaca el coordinador del Observatorio, Enrique Lluch, director del Departamento de Economía y Empresa de la CEU-UCH, en esta edición se observa que algunas cifras macroeconómicas, como la renta media, «mejoran por primera vez desde el inicio de la crisis».

Sin embargo, el informe señala que los más desfavorecidos «no parecen estar aprovechándose de esta mejora, porque se incrementan las desigualdades en la distribución de esta renta y se mantienen la intensidad e incidencia de la pobreza».

El apartado de análisis sobre la situación de las personas más desfavorecidas en el ámbito de la Comunidad Valenciana ha sido elaborado por Enrique Lluch, junto al también profesor del departamento Eduardo Esteve y el profesor de Economía Aplicada de la Universitat de València, Miguel Torrejón. «Nuestro objetivo es analizar los datos desde el enfoque de la privación, según el cual la sociedad mejora en la medida en que mejoran quienes peor están», destacan. El primer ítem analizado en el Informe es el de la renta media de que disponen los hogares, teniendo en cuenta su tamaño y composición –la denominada «renta por unidad de consumo»–, que frena por primera vez su caída desde 2007, pero con una pérdida acumulada hasta 2014 del 8% nominal y del 18,5% real.

El colectivo más desfavorecido en materia de renta es el de los jóvenes, entre los que la caída acumulada de renta ha sido del 30% en términos reales, pasando de los 17.200 a los 12.000 euros. «Aunque 2014 parece ser el punto de inflexión: es el primer año de la serie en el que su renta se recupera ligeramente», destaca Enrique Lluch. En contraposición, el caso de los mayores de 65 años, cuyas rentas no están sujetas a la dinámica del mercado: para ellos el aumento en 2014 fue del 5%. «También llama la atención que las rentas de las familias cuyo sustentador principal es un hombre son un 3% superiores a cuando se trata de una mujer», lo que puede constituir un reflejo de la brecha salarial entre hombres y mujeres.

Pobreza y privación, estables

Pero pese al freno en la caída de la renta media en 2014 y 2015, la incidencia de la pobreza, que incluye a aquellos hogares cuya renta por unidad de consumo está por debajo del 60% de la media –es decir, el «umbral de pobreza»–, se ha mantenido entre 2007 y 2014 en torno al 20%. «Por tanto, en la Comunidad Valenciana siguen respondiendo a la definición de pobreza una de cada cinco personas», destacan los autores del Informe. Por su parte, la intensidad de la pobreza, que indica el grado en que los pobres lo son, se ha incrementado ligeramente, desde menos del 7% hasta algo más del 8%.

De nuevo, la diferencia de género aparece como relevante también en las cifras sobre pobreza: «En los hogares valencianos sustentados por mujeres la tasa de pobreza es casi 9 puntos porcentuales más elevada y la intensidad de la pobreza dobla a la de los hombres: es de un 12,8 frente a un 5,6», subraya el profesor Enrique Lluch.

La recuperación de la renta media tampoco tiene todavía su reflejo en el grado de privación de los hogares valencianos, determinada por la incapacidad para afrontar gastos imprevistos: «El porcentaje de privación se ha mantenido por encima del 40% desde 2010 y todavía no se observa una tendencia decreciente en los últimos años de recuperación de la crisis y de la renta media».

El Informe del Observatorio de Investigación sobre Pobreza y Exclusión de la CV refleja además que las desigualdades entre los que más y menos tienen se han agudizado entre 2007 y 2014. El 25% de los hogares con menos ingresos solo controlan el 10% de los mismos, mientras que el 25% de los que más tienen, controlan el 45%, es decir, un 350% más: «Las desigualdades empeoran en los extremos», señala Lluch.

Más salarios iguales o inferiores al mínimo

En materia de empleo, el Informe recoge la evolución favorable de los datos de la EPA, que reflejan la mejora en la creación de puestos de trabajo, pero el análisis vuelve a centrarse en los trabajadores más desfavorecidos: los que perciben sueldos inferiores o iguales al salario mínimo, al no tener jornada a tiempo completo. Pese a que no existen datos autonómicos en esta materia, en el ámbito nacional estos trabajadores han pasado de ser el 8,9% del total, en 2008, al 13%, en 2014. En el caso de las mujeres este porcentaje es todavía superior en toda la serie anual y avanza del 14,1%, en 2008, al 18,6% en 2014.

«En general, la caída de las retribuciones ha afectado más intensamente a los colectivos más débiles, con peores salarios de partida», apunta el profesor Lluch. Y también a los valencianos: «Los salarios medios en la Comunitat Valenciana son en 2014 un 3,2% inferiores a los de 2011, mientras que en la media de España este descenso es solo del 0,2%». Además, en este último año, el salario medio de las mujeres ha caído por encima del de los hombres: un 2,3% frente al 0,7%.

CV, por debajo en protección social

También la protección social es objeto de estudio para el Observatorio de Pobreza y Exclusión de la CV. Una protección social que llega a menos valencianos y con menos intensidad que en otras Comunidades Autónomas y que está por debajo de la media nacional. La menor protección es de especial importancia en el caso de las rentas mínimas de inserción, que dependen de las Comunidades Autónomas y constituyen la «última malla de protección» para las personas en riesgo de pobreza y exclusión social. En la Comunidad Valenciana, los beneficiarios de estas rentas son el 3 por mil de la población, cuando la media nacional es del 5,7 por mil.

Con respecto a las prestaciones por dependencia, también la Comunitat se sitúa por debajo de la media nacional: «El 0,87% de la población valenciana es beneficiaria de estas ayudas que conceden las Comunidades Autónomas, frente al 1,71% de la población estatal, aunque hay que tener en cuenta como una de las principales causas el bajo número relativo de solicitudes, que solo constituyen el 6,6% de todas las presentadas en España», destaca Lluch.

La crisis y la crisis ecológica

En su nueva edición, el informe recoge diversos artículos sobre la relación entre ecología, economía y pobreza, subrayando los efectos a veces olvidados de la crisis económica sobre el medio ambiente. La redistribución de la riqueza que supone el cambio climático, y sus consiguientes consecuencias no solo ambientales sino sociales, son abordados por Emèrit Bono y Ferran Lluch, de la Universitat de València. Ambos abordan también en un segundo artículo los efectos de los cambios en los estilos de vida, no solo a favor del medio ambiente, sino también de una sociedad más justa.

Por su parte, Manuel Nieto y Ana Nieto, de la Universitat Politècnica de València, abordan las consecuencias de la mala gestión del agua en los niveles de vida digna en el ámbito de la Comunidad Valenciana. Y los efectos del urbanismo en la exclusión y la pobreza de las personas son estudiados a través de la comparación entre barrios marginales de las ciudades de Alicante y Valencia. Este último análisis es obra de Aitor Varea, del Programa Habitar; Pedro Bascuñana y Lluís Catalá, de la Universidad de Alicante; Pau Caparrós, de la Universitat de València, y Francisco Azorín, de la Universitat Politècnica de València.

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