Agricultura y ganadería

La sequía y la climatología adversa causan 304 millones de pérdidas este año al campo en la Comunidad Valenciana

La Unió de Llauradors alerta de que se tendrán que «parar explotaciones» si las desaladoras no aportan más agua

Embalse de la Pedrera en la provincia de Alicante JUAN CARLOS SOLER

ABC

La sequía y los diversos siniestros climatológicos que se han sucedido a lo largo de 2017 han causado pérdidas en el campo valenciano superiores a los 304 millones de euros, según el informe elaborado por La Unió de Llauradors .

Mes a mes, los siniestros han sido continuos y los daños climatológicos o la incidencia de la sequía en las cosechas y el ganado se cifran en unos 204 millones de euros, a los que hay que añadir otros 100 millones por los problemas de sequía estructural que padecen algunas zonas, fundamentalmente las situadas en el sur de Alicante.

Así lo ha explicado este lunes el secretario general de La Unió, Ramón Mampel , durante la tradicional picadeta-comida de Navidad que ofrecer por estas fechas con productos de la tierra, en la que ha dado a conocer este estudio que ha destacado las pérdidas en el cultivo del cereal y en las viñas, además de una bajada en la producción de la olivera.

En el caso de la ganadería extensiva , ha apuntado, " no tiene pastos " y "se ha tenido que invertir mucho en forrajes y piensos", principalmente en la zona norte de Castellón y en el interior , donde "les están llevando agua".

También la ganadería intensiva se ha resentido con las altas temperaturas que se han vivido en las granjas hasta octubre, que han hecho que los animales beban más y han causado "problemas de agua".

«Sin ayudas públicas»

"Si no tenemos recursos no podemos hacer todas las labores que hacemos ni en ganadería ni en agricultura", ha apuntado Mampel, por lo que ha instado a "poner mucha cordura en las reservas" y a que las desaladoras den servicio: "si no, tendremos que parar las explotaciones", ha alertado.

La Unió ha estudiado también la situación de las cuencas hidrográficas y ha analizado la afección en los distintos cultivos. "De momento no existen ayudas efectivas de las Administraciones Públicas para paliar estas pérdidas, salvo bonificaciones de intereses y pagos prorrogados de la Seguridad Social que, en muchos casos, suponen un endeudamiento más para los maltrechos bolsillos de agricultores y ganaderos", ha advertido.

Aunque pluviométricamente el año 2017 no se puede considerar como uno de los más secos de los últimos tiempos, sí que es verdad que el balance hídrico en la Comunidad Valenciana es "negativo", apunta el informe. De hecho, pese a llover más que en 2016, las reservas hídricas han disminuido , debido a un mayor consumo en los meses de mayor necesidad que han coincidido con los meses de menos precipitaciones y mayores temperaturas. "Lo más preocupante es la perspectiva para los próximos meses", apunta el estudio.

En definitiva, continúa el documento, estas anomalías climatológicas comportan claras consecuencias en el sector agrario valenciano que van a tener "repercusión directa en la renta de los agricultores y ganaderos, y que sin duda conllevará un mayor endeudamiento y por tanto, una pérdida de la capacidad de invertir en el cultivo en particular y en la explotación en general".

Así, las previsiones de fin de campaña de La Unió señalan que la producción del olivo es casi un 5% inferior a la media de los últimos años; y la viña hasta un 13% inferior a la campaña anterior , aunque varía según la DDOO, de modo que ha bajado un 10% en Utiel, un 15% en Valencia, un 35% en Alicante y un 20% en Castellón.

La producción de algarroba se prevé mucho menor que en la campaña pasada, que ya fue casi un 60% inferior a 2015. "Será una de las campañas más cortas de la historia". También los cítricos se estiman un 20,3% inferiores a la campaña pasada, que fue anormalmente alta.

La producción del caqui es un 6% inferior a la anterior y el descenso en los cereales y cultivos herbáceos alcanza un 25%.

Por el contrario, la producción de almendro es un poco más del 40% respecto de la campaña anterior, como consecuencia de la entrada de nuevas plantaciones.

La fruta de verano es también superior un 2% superior a la de la campaña pasada, aunque un 6% inferior a la de las últimas seis campañas. No obstante, esa diferencia es desigual según el producto: el melocotón ha disminuido un 21%, la nectarina un 16% y la ciruela un 24%, mientras el albaricoque sube un 2% y el paraguayo un 192%.

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