Impuestos

La queja de un empresario con 45 años de trayectoria: «Pago el doble de IAE que en el municipio de al lado»

Juan José Becerra, fundador de Juypal, critica la presión fiscal de Ibi (Alicante) por «penalizar» a los fabricantes que generan empleo aquí frente a los importadores

El empresario Juan José Becerra (derecha), en su empresa en Ibi ABC

J. L. FERNÁNDEZ

Juan José Becerra, fundador de una de las empresas de larga trayectoria en Ibi, Juypal , ha criticado la que considera excesiva presión fiscal del Impuesto de Actividades Económicas (IAE) en este municipio en comparación con otros cercanos , en el caso de Castalla, con un coeficiente de casi el doble. Y ha recordado las dificultades por las que ha pasado el sector industrial local, agravadas con esta política tributaria.

En una «carta abierta» remitida a ABC para dar a conocer esta situación a la opinión pública y «en especial a los ibenses», Becerra recuerda que hace 45 años empezó su andadura como empresario en Ibi, y como la mayoría, comenzó en el sector del juguete. «Desde entonces, muchos han sido los retos que hemos tenido que afrontar todos nosotros para poder seguir con nuestras pequeñas empresas, aportando trabajo y beneficio para la localidad, sus ciudadanos y para España en general», empieza su misiva.

Además, junto con todas las dificultades propias de la actividad, los «fabricantes» de Ibi «nos encontramos con el voraz impuesto del IAE, gestionado por el Ayuntamiento de Ibi, siendo este de los más elevados de toda España . Por poner un ejemplo, aquí en Ibi se paga un 100% más que en Castalla, una localidad cercana y competidora a todos los niveles», precisa.

Además, apunta que sufren una «competencia desleal» debido a que la parte más gravosa de dicho impuesto corresponde al concepto «motores », es decir, se les «penaliza sencilla y llanamente por el hecho de ser fabricantes».

El fundador de Juypal subraya cómo crean un gran número de puestos de trabajo, fomentan la creación de toda una industria auxiliar que a su vez precisa de una gran cantidad de mano de obra, y generan la necesidad de una formación profesional y de unos empleos de alta cualificación que de otra forma no existirían.

Agravio comparativo

Y compara con quienes no fabrican en Ibi, y se dedican a traer el producto de fuera. «Por el contrario, en el caso opuesto, tenemos a todos los importadores que únicamente pagan el IAE atendiendo al número de empleados y a los metros cuadrados (que también pagamos nosotros, los fabricantes), y que se corresponde a las partes más bajas del impuesto. Solo hay que ver la superficie ocupada en nuestros polígonos industriales por importadores, así como el espacio que utilizan en las ferias del sector, trayendo productos fabricados en países cuyo coste de mano de obra es muy económica , siendo cada vez más difícil para los fabricantes competir y mantener nuestras empresas en pie», describe.

Cuadro comparativo de coeficientes del IAE aplicados en varios municipios alicantinos ABC

En su caso particular, Juan José Becerra ha tenido que cambiar hasta en cuatro ocasiones de actividad, «como única alternativa para poder mantener abierta la fábrica, si no queríamos echar el cierre, tal como ha ocurrido a toda una generación de empresarios, de emprendedores y de amigos: no hay más que ver el gran número de empresas jugueteras que había hace 30 años y las que hay ahora».

Por eso, no ahorra críticas a esta presión fiscal. «Desde los organismos públicos, nuestros políticos nos animan a ser emprendedores y creativos, a trabajar y a luchar en un mercado cada vez más difícil y globalizado, a fomentar la sostenibilidad con nuevas inversiones menos contaminantes y a ser más competitivos creando la marca “Made in Spain”. Sin embargo, no son más que palabras», opina.

Una de las dos fábricas de Juypal en Ibi ABC

«La verdad es la siguiente: además de pelear con la competencia desleal por parte de los importadores, también nos toca luchar contra el afán de recaudación desmedido de nuestras administraciones , con la implantación de un impuesto injusto como el IAE». En concreto, argumenta que este tributo no tiene en cuenta el consumo eléctrico real en la producción, sino que se aplica sobre la potencia indicada en cada máquina, muy por encima de la real. De este modo, sí la empresa pasa por una mala racha (para su propia desgracia) o tiene una venta estacional, con las máquinas paradas, paga lo mismo que sí estuviera trabajando 24 horas sobre 24, explica de forma gráfica.

A esta presión añade «las inspecciones recientes que está realizando SUMA, que confirman todo este estado de situación y de indefensión que está sufriendo nuestro tejido industrial».

A modo de conclusión, Becerra lamenta «la existencia de un gran número de impuestos de todo tipo para poder seguir fabricando producto ibense, que no provoca más que una duplicidad impositiva que es totalmente injusta, errónea e inconstitucional, lo cual pone en peligro inversiones futuras , pero sobre todo, las ganas de seguir adelante con el entusiasmo necesario».

Frente a esta situación, «lo único que solicitamos es tener un trato justo y poder competir en igualdad de condiciones que el resto», es su reivindicación.

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