Toni Subiela - Peus de plom

Preparados, listos… elecciones

«Y si hablamos de corrupción y golfería es imposible olvidarse de Cataluña»

Imagen de Pedro Sánchez tomada este viernes en Madrid REUTERS

En algunos momentos tengo la sensación de que la política en nuestro país no es más que un maratón de elecciones. Es cierto que, precisamente en estos momentos, tenemos un presidente que elegimos, pero, incluso los que echaron mano de las ideologías más oscuras para llegar al poder sin pasar por las urnas , en menos de dos meses ya hablan de adelanto electoral.

También los que perdieron el Gobierno a causa de sus malos hábitos con la caja pública no hacen más que hablar de listas y candidatos. Le ponen más empeño a criticar al adversario político que a regenerar su propio partido, como si vivieran en campaña electoral permanente. Ahora, realizadas sus elecciones internas, ya reclaman unas generales.

Paralelamente a las disputas nacionales, en Andalucía ya tienen prisa por convocar elecciones autonómicas. La alargada sombra de la sentencia del juicio de los ERE’s y el impulso electoral que puede dar la viajera luna de miel del señor Sánchez, parecen motivos suficientes para llevar a los andaluces a las urnas. Pero es la corrupción la que de nuevo empuja a otro proceso electoral , lo maquillen como lo maquillen.

Imagen de Pedro Sánchez tomada este viernes en Madrid REUTERS

Y si hablamos de corrupción y golfería es imposible olvidarse de Cataluña, donde crece el germen nacionalista como lo hizo en otras partes de Europa, en los días más grises de nuestra historia. Pero el acuerdo entre fascistas, totalitarios y populistas de tres al cuarto no es sencillo porque no hay dinero para tanta paranoia y también empiezan a considerar ir a nuevas elecciones. Por eso sus huestes, metidas ya en campaña, amedrentan cada vez con mayor saña a quienes no piensan como ellos y acaparan playas, plazas y cualquier rincón público con el mayor alboroto posible, para intentar ocultar la extrema penuria moral de quien no es capaz de convivir con su vecino y muchas veces ni con su familia.

En definitiva, que si no estamos en campaña pues las provocan, pero lo cierto es que la vieja política, esa de la que estamos hartos los españoles, tan solo se preocupa de sillones y nunca de personas. Por mucho que nos prometan cambio y regeneración, sólo nos ofrecen sectarismo y una incapacidad manifiesta de comprender los problemas reales de la gente.

Pero esta sociedad ha evolucionado. Exigimos honestidad, sinceridad y compromiso en la persona del político, transparencia, honradez y sensatez en su gestión. Existe otra forma de hacer política, aunque esté costando mucho, la haremos posible .

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