Alberto Caparrós - Crónicas sabáticas

El pecado capital del PSPV y el enojo de Ferraz

«A Sandra Gómez, abogada de profesión, no le queda otra que alcanzar un mal acuerdo con Joan Ribó antes que un buen pleito»

Imagen de archivo de Joan Ribó y Sandra Gómez MIKEL PONCE
Alberto Caparrós

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El resultado de las elecciones del 26 de mayo dejó un sabor agridulce en el seno del PSPV y causó enojo en Ferraz , donde el secretario de Organización, José Luis Ábalos , espera más en las grandes capitales de la Comunidad Valenciana. Los socialistas, que lograron retener la Presidencia de la Generalitat con el adelanto de las elecciones autonómicas, y que el pasado domingo se consolidaron como la fuerza más votada en el conjunto de la autonomía, han pinchado en Alicante, donde seguirá gobernando el Partido Popular, y, especialmente, en Valencia, ciudad en la que Compromís se hace fuerte. Demasiado oxígeno para los dos principales adversarios políticos de un PSPV lanzado a por el control del poder municipal, conforme constata la estrambótica propuesta de ofrecer apoyo a Ciudadanos para la Alcaldía de Alicante (los de Albert Rivera quedaron terceros y con un concejal menos que en 2015) a cambio de su respaldo para desalojar al PP de la Diputación.

Con Ximo Puig asentado como principal barón autonómico del PSOE y con la formación del nuevo Gobierno encarrillada -para encajar a Podemos el número de Consellerias podrían elevarse a quince-, las elecciones municipales tampoco arrojaron buenas noticias para el PSPV en Ontinyent, donde el defenestrado Jorge Rodríguez les ha borrado literalmente del mapa.

Pero el desvelo de los socialistas se centra en Valencia, donde su candidata, Sandra Gómez , llegó a creer que rozaba la Alcaldía. El relevo socialista a Clementina Ródenas deberá esperar a 2023. Para entonces ya habrán pasado 32 años de la última alcaldesa socialista en la tercera capital de España.

Imagen de archivo de Joan Ribó y Sandra Gómez MIKEL PONCE

Gómez ha escenificado esta semana su malestar con las formas de Joan Ribó , e incluso el aire fresco que enarboló en la campaña ha servido para dar un portazo al despacho del alcalde en funciones, al que plantó por recibir primero a la candidata del PP, María José Catalá.

Sin embargo, a Gómez, abogada de profesión, no le queda otra que alcanzar un mal acuerdo con Ribó antes que un buen pleito. Las matemáticas son tozudas. Solo sirve un pacto entre Compromís y el PSPV . Los dos lo saben y ahora están midiendo sus fuerzas. Y aunque los socialistas han crecido en votos y concejales, sus rivales también lo han hecho hasta el punto de ser el primer partido de la ciudad. Y el PSPV es el tercero. Así las cosas, de aquí al día 15 de junio se volverán a escribir nuevos episodios de un tira y afloja que acabará con la vara de mando de nuevo en manos de Ribó y con los estrategas socialistas meditando si dar una segunda oportunidad a Gómez. Para ello tienen cuatro años por delante.

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