La oportunidad perdida de Sandra Gómez

El PSPV-PSOE dispone, por primera vez en muchos años, de mimbres suficientes para elaborar un discurso propio que le permita aspirar con alguna garantía a recuperar la Alcaldía de Valencia. Los socialistas han tomado las riendas de las concejalías de mayor peso político en el Ayuntamiento (Hacienda, Urbanismo, Empleo, Turismo y Seguridad Ciudadana) y están llevando a cabo su tarea con solvencia y discreción, frente a las estridencias de los ediles de Compromís y las ocurrencias de los de València en Comú.

Además de equipo, el PSPV ha encontrado una líder en Valencia. La primera teniente de alcalde, Sandra Gómez, se está ganando con su trabajo en el Ayuntamiento no tener rival para asumir las riendas de la formación en la ciudad y ser la candidata para las próximas elecciones municipales.

Sin embargo, al igual que sucede en el Gobierno autonómico con Ximo Puig y Mónica Oltra, los socialistas del Ayuntamiento de Valencia tienen un problema de visibilidad ante la ciudadanía. Ellos gestionan (el caso de Ramón Vilar en Hacienda resulta un buen ejemplo) y Compromís acapara los titulares.

Joan Ribó jamás habría sido alcalde sin los votos del PSPV, pero los socialistas no son capaces de ponerlo en valor. Esta semana tuvieron la posibilidad de demostrar su fuerza ante la moción presentada por València en Comú para eliminar toda simbología religiosa en los espacios de titularidad pública que dependan del Consistorio y haber defendido sin complejos su rechazo a una medida que divide a los valencianos y nada les aporta.

Sandra Gómez pertenece a la Hermandad del Cristo de la Palma de la Semana Santa Marinera y antes fue cofrade de los Granaderos del Grao. Para la primera teniente de alcalde la moción laicista no resultaba una prioridad (al igual que tantos otros cofrades que rechazan que el edil Pere Fuset ejerza de pregonero), pero lo cierto es que sin los votos de su grupo no habría sido aprobada. Y el PSPV votó a favor. Una oportunidad perdida por Gómez para mostrar a los valencianos que existe una alternativa al populismo a la izquierda del Partido Popular.

Los populares, a diferencia del PSPV, siguen huérfanos de un liderazgo en la ciudad que, por su peso demográfico, resulta clave en su objetivo de recuperar la Generalitat. Sin Valencia no habrá Presidencia.

Isabel Bonig, que ya cuenta los días para ser elegida presidenta en el congreso regional de la formación y, en consecuencia, candidata al Palau, tiene el reto de encontrar un candidato solvente al Ayuntamiento.