Toni Subiela - PEUS DE PLOM

Mirándose el ombligo

«Los nuevos inquilinos de la Moncloa son los padres de este sistema de financiación que penaliza a los valencianos»

Imagen de Ximo Puig y Pedro Sánchez tomada en el Palau de la Generalitat ROBER SOLSONA

Que nuestra Comunidad necesita mejorar urgentemente la financiación que recibe es una realidad que no discutíamos nadie, aunque ahora, con el nuevo gobierno, al PSPV no le parece ni tan necesaria la mejora ni tan grande el perjuicio. Esta es la esencia de la vieja política.

Los nuevos inquilinos de la Moncloa son los padres de este sistema de financiación que penaliza y discrimina a los valencianos. Cierto es que los que acaban de hacer las maletas nunca se ocuparon de cambiarlo y por unos u otros, más preocupados de llenar sus bolsillos que de las necesidades de aquellos a quienes mal representan, nada ha cambiado para los ciudadanos.

Llevan tres años diciéndonos desde el Botànic que la culpa de todo es de Madrid, que nos asfixia como el poniente en los meses de verano . Así justificaba su ineficacia un bipartito, a veces tripartito, que no es capaz de mejorar la tan criticada y ruinosa gestión de gobiernos populares. Imposible no ver la semejanza con aquello de “España nos roba” de sus amigos unos días y socios otros, mientras desvalijaban las arcas catalanas.

Precisamente aquellos que ya han sido condenados por corrupción y claman independencia , junto con los que llaman a la rebelión desde ostentosas piscinas en la sierra madrileña y los que se van de cañas con quienes regaron de sangre nuestros pueblos y ciudades, son los que han prestado apoyo al nuevo gobierno socialista. Un gobierno que, según la izquierda valenciana, nos librará de todos nuestros males, me imagino que después de rendir cuentas en Andalucía y algún sitio más.

Imagen de Ximo Puig y Pedro Sánchez tomada en el Palau de la Generalitat

Aquí en nuestra tierra, t ras muchos años de despilfarro y corrupción , se prometió un cambio, pero no ha llegado más que frustración y desengaño. Los intereses cambiaron de color pero no de bando. A un lado estamos los ciudadanos, que seguimos sin ser la prioridad de quien nos gobierna y a otro, aquellos gobernantes que venían a rescatar personas pero que sólo parecen interesados en rescatar a sus amiguitos del alma.

Cambiaron la prepotencia por el despotismo, cambiaron a la divina providencia por la soberbia nacionalista. Aquellos y aquellas que sólo saben mirarse el ombligo difícilmente podrán solucionar los problemas de nadie. Qué sencillo es criticar desde la oposición lo que luego son incapaces de cumplir en el gobierno.

Contra la falsedad, sinceridad; frente al engaño, honestidad. Muchas veces las cosas sencillas parecen las más extraordinarias.

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