Sucesos

El marinero de la Armada acusado de violar a una compañera llega a los juzgados de Alicante

La fiscalía pide para el acusado siete años de prisión por un delito de agresión sexual, diez años de alejamiento respecto de la víctima y siete años más de libertad vigilada

Imagen del marinero, a su llegada a la Audiencia de Alicante donde se le juzga este miércoles EP

ABC

Víctor Enrique L.A., el marinero de la Armada española acusado de violar a una compañera en el buque de transporte ligero 'Contramaestre Casado' cuando éste estaba a atracado en el puerto de Alicante , ha llegado a la Audiencia de esta provincia para la vista de jurisdicción ordinaria (no militar) en la que la fiscalía le pide siete años de prisión.

El acusado, que está en libertad provisional, ha llegado minutos antes de las 10 horas a la sede judicial por su propio pie y será juzgado por la Sección Primera de la Audiencia de Alicante a lo largo de esta mañana.

La fiscalía pide provisionalmente para el sospechoso, Víctor Enrique L.A., una pena de siete años de prisión por un delito de agresión sexual, así como diez años de alejamiento respecto de la víctima y siete años más de libertad vigilada, mientras que la acusación particular eleva a 10 años la petición de cárcel y a 15 la prohibición de acercarse.

Los hechos ocurrieron el 27 de octubre de 2014 en el “Contramaestre Casado”, que se encontraba atracado en el puerto de Alicante, y no en el buque hidrográfico “Malaespina” ni en el patrullero “Infanta Cristina”, que también pasaron unos días antes por la ciudad, como se informó en un principio por error.

En su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Efe, la Fiscalía relata que Víctor Enrique L.A., marinero comisionado, se introdujo sobre las cinco de la madrugada en el sollado (cubierta) femenino de la nave “con el deseo de mantener relaciones sexuales”.

Allí se encontraba durmiendo en una litera, en ropa interior y con la cremallera del saco abierta, la marinera de maniobras E.G.A., a quien el presunto violador abordó por sorpresa e inmovilizó colocándole el antebrazo derecho sobre el tórax.

A continuación, siempre según la versión acusatoria, acercó sus genitales hasta los de la mujer y, “sin su consentimiento, la penetró vaginalmente”, al tiempo que la besaba.

La víctima no pudo pedir auxilio porque el acusado la mantuvo “en todo momento sujeta con sus manos y aprisionada con su cuerpo”, añade el ministerio público.

A consecuencia de esta supuesta violación, E.G.A. sufrió un trastorno adaptativo por el que ha necesitado tratamiento psiquiátrico durante un año, aunque no padece secuelas.

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