Valencia

El IVAM acoge el compromiso social y político de Léger en la mayor retrospectiva del pintor en España

La exposición, abierta hasta el 15 de septiembre, la conforman un centenar de obras realizadas por el artista y otras colaboraciones entre 1918 y 1955

Exposición de Fernand Léger en el IVAM ROBER SOLSONA

Carla Aliño/EFE

Valencia acoge desde este viernes la mayor retrospectiva hecha en España del pintor cubista francés Fernand Léger, que permitirá adentrarse en el compromiso político y social de un artista clave para entender las vanguardias y el cubismo de Picasso, Braque y Juan Gris.

El Instituto Valenciano de Arte Moderno ( IVAM ) acoge hasta el próximo 15 de septiembre un centenar de obras entre pinturas, dibujos, grabados, textiles, cine y textos impresos, realizados por Léger entre 1918 y 1955, año de su muerte, junto a algunas obras de arquitectos y cineastas con los que colaboró.

La muestra "Fernand Léger. Vida Moderna", desarrollada junto con la Tate Liverpool, presenta a Léger como un artista de su tiempo, comprometido política y socialmente y convencido de la función social del arte, han explicado el director del IVAM, José Miguel García Cortes, y el comisario de la exposición, Darren Pih, durante la presentación a los medios.

ROBER SOLSONA

A lo largo de su carrera, Léger tuvo la convicción de que el arte moderno era un vehículo para la educación y un medio para elevar la calidad de vida de todos, especialmente de la clase obrera , y así lo reflejó en la práctica totalidad de sus trabajos, donde muestra su fe en la colaboración humana a pesar de la convulsa situación que atravesaba Europa en esos años.

Léger formó parte del célebre círculo de artistas e intelectuales que trabajaron en París a principios del siglo XX y conoció a Rousseau, Delaunay, Cendrars, Apollinaire y Max Jacob, e incluso a Picasso y Braque.

Divida en cuatro grandes apartados, la exposición comienza con "La experiencia de la vida moderna/Ballet mécanique", obras que recogen las primeras experiencias de un joven Léger, que llega a París en 1900, con 19 años y procedente de la Normandía rural, y se encuentra con la modernidad.

ROBER SOLSONA

Estas vivencias llevaron a Léger a pensar que el lenguaje de la pintura y la expresión artística tenían que cambiar para adaptarse a la velocidad y rapidez que iba imprimiéndose en la vida moderna, algo que quedó reflejado en obras como "Le disque" (1918) y "Le typographe" (1919).

En estos años, Fernand Léger descubrió a Charles Chaplin y se sintió fascinado por los inicios del cine, un medio de comunicación, a su juicio, verdaderamente accesible y al que contribuyó con "Ballet mécanique" (1924), algunas de cuyas escenas se proyectan en esta exposición.

La siguiente parada en esta retrospectiva está dedicada a la "Naturaleza muerta y paisajes modernos", donde su pintura evoluciona hacia temas clásicos y objetos cotidianos, pues defendía que " hay belleza en todo " y deseaba que cualquier persona pudiera reconocer y acceder a sus obras.

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Se trata de varias obras abstractas y cubistas pero "con formas muy reconocibles", como se puede ver en "Nature morte à la chope" (Naturaleza muerta con jarra de cerveza, 1021-1922), pues la voluntad de Fernand Léger era hacer el arte accesible a todos ; creía que todo el mundo tienen derecho a él.

El tercer apartado está dedicado a la Exposición Internacional de Arte y Tecnología de París (1937), donde destaca el mural de grandes dimensiones que acometió junto a la arquitecta francesa Charlotte Perriand, con el que trató de transmitir un mensaje de esperanza y confianza en el trabajo colectivo y la colaboración.

Esta misma idea se mantiene en el último apartado de esta retrospectiva, dedicado a los "objetos poéticos y el gran sujeto", donde profundiza en su interés por la belleza de lo cotidiano , con la introducción de la fotografía a su trabajo, pero sobre todo en su compromiso político y su visión optimista de la sociedad y el esfuerzo colectivo.

Léger, quien se afilió al Partido Comunista en 1945 a su vuelta de Estados Unidos, refleja estas convicciones en las pinturas de su última etapa, visible en el "Étude pour 'Les Construteurs': l'equipe au repos" (1950), en la que también buscó infundir una educación estética como medio para mejorar "la vida cotidiana".

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