Tragedia

Fratricidio en Alicante: «¿Cómo se puede negar a una madre abrazar a su hijo?»

La mujer que vio morir a su primogénito en sus brazos tras una puñalada del hermano pequeño quiere recomponer su familia y espera autorización para ver al agresor

El menor que mató a su hermano, custodiado por la Policía en los juzgados de Alicante, este martes EFE

J. L. FERNÁNDEZ

Difícil imaginar una familia rota de forma más dramática -por partida doble, con homicida y víctima en su seno- que la que este lunes conmocionó a la ciudad de Alicante y a toda España por la muerte de un joven de 19 años de edad por una cuchillada en el corazón asestada por su hermano pequeño , de solo 14 años. Y por encima del dolor de esa madre todavía florece su instinto vital de querer recomponer un hogar que nunca volverá a ser el mismo, más allá de lo que digan las necesarias medidas legales.

«¿Cómo se puede negar a una madre abrazar a su hijo?» Así resume el sentimiento Ignacio, el compañero de esa mujer, tras celebrarse este martes la vista en el juzgado número 3 de Menores en Alicante, en la que su titular dictó un auto de internamiento terapéutico de cinco meses para el chaval de 14 años que ha confesado el golpe mortal a su hermano mayor tras aquella discusión por un perro.

Los Servicios Sociales y el apoyo psicológico que presta la Administración en un caso tan infrecuente como delicado han actuado con rapidez y ahora se debe estudiar cuándo resulta conveniente que esa madre destrozada pueda tener contacto de nuevo con el agresor , a quien en el próximo casi medio año se va a tratar de hacer consciente de lo que ha hecho, en régimen cerrado, antes de que llegue su proceso judicial.

Este martes, su paso por la Fiscalía de Menores y por el juzgado para su vista le ha hecho sentirse especialmente solo y abandonaba el Palacio de Justicia de Benalúa cabizbajo, custodiado por la Policía Nacional, a quienes primero reconoció su agresión, cuando su madre todavía trataba de reanimar a su hermano -que murió en sus brazos- y que horas después aún se resistía a lavarse la sangre, como aferrándose a quedarse con un recuerdo, un poso postrero de su primogénito.

Muestras de afecto

El cariño que había cosechado en vida Arkaitz no se ha apagado, ni mucho menos, con su inesperada muerte y su recuerdo ha congregado en el tanatorio a varios centenares de jóvenes, muchos que estudiaron con él en el colegio Médico Pedro Herrero , otros que compartieron su afición por el fútbol y el Real Madrid, o por la escalada.

Dos docenas de coronas de flores en su memoria también han sido prueba de la tristeza que ha suscitado este drama que ha sacudido el populoso barrio alicantino de La Florida . En Internet, también «Akra» ha seguido recibiendo muestras de afecto en las redes sociales.

La vuelta a la rutina va resultar dura en el inmueble del número 37 de la calle Antares , donde además de la madre -separada- y el tercer hermano, el mediano por edad (16 años) también conviven en otra planta del mismo edificio los abuelos, igualmente desolados por la tragedia, porque tenían bajo su techo al nieto mayor, distanciado desde hace años del pequeño. De hecho, al relatar la última discusión entre ambos, comentó a los agentes que estaba «harto» de que le «molestara».

Todos ellos -y el padre separado, que no reside en el mismo domicilio, aunque está igual de afectado- tienen ahora el reto de restañar la tremenda herida que les ha dejado lo que parece un brote de violencia repentino y breve pero fatal, impropio en un adolescente de 14 años.

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