Fernando Llopis - El últiimo liberal

¿Qué hiciste en la guerra, Ximo?

«No confíen mucho en la sinceridad de las declaraciones que van a escuchar durante todo el mes por parte de los miembros del Botànic»

Ximo Puig, Mónica Oltra y Rubén Martínez Dalmau ROBER SOLSONA

Fingir ante tus superiores que te estás enfrentando a un enemigo que, en realidad, es tu amigo. Podríamos estar hablando de Ximo Puig, Mónica Oltra o Rubén Martínez Dalma u, pero se trata de ¿Qué hiciste en la guerra, papi? , una de las grandes comedias dirigidas por Blake Edwards que cuenta la historia de un pelotón americano a punto de invadir un estratégico pueblo italiano durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando van a proceder al ataque, los lugareños se rinden con la única condición de que les dejen terminar la celebración de su fiesta anual. Todo parece ir bien hasta que les informan de un reconocimiento aéreo y no tienen más remedio que fingir un gran combate entre los unos y los otros.

En algo parecido se encuentran los miembros del Botànic II , ante la convocatoria de nuevas elecciones, en su afán por no romper la paz de los sueldazos y eternos cargos que ha impuesto Puig. Día a día, podemos comprobar cómo las disensiones más o menos fingidas van surgiendo. Por ejemplo, ante el desprecio del presidente en funciones, Pedro Sánchez , a todos los valencianos, al anunciar que la reforma de la financiación autonómica ni está ni se le espera. O ante los recortes que va a aplicar el conseller de Hacienda, el socialista Vicent Soler, en los próximos presupuestos. Es llamativo que la vicepresidenta Oltra, que, en su día, hizo de los recortes un eslogan de camisetas y pancartas, de repente parece haberse despreocupado de cómo se van a ver afectados los servicios sociales, la sanidad o la educación valencianas.

Ximo Puig, Mónica Oltra y Rubén Martínez Dalmau ROBER SOLSONA

Mientras, en el sector de Podemos andan mosqueados por los cuernos que les ha puesto Compromís con Iñigo Errejón y su Más País. En este sentido, la única defensa que alegan los nacionalistas es que, al menos, han conseguido que el nombre de la coalición no fuese “más España”, algo que hubiese provocado que solo los militantes del Bloc con cargo se hubiesen votado a sí mismos.

Todavía queda un mes de precampaña, campaña y votación , con lo que parece que, al final, todo va a quedar como el acuerdo de los soldados de la película de Edwards. Pero sin esperar al final de ninguna fiesta, sino de una votación. No confíen mucho en la sinceridad de las declaraciones que van a escuchar durante todo el mes por parte de los miembros del Botànic, unos contra otros. Están deseando que acabe el recuento para volver a su paz de cargos y moquetas. Y es que, eso de dar cargos hasta al apuntador, tiene esas ventajas de paz interna, aunque les haga olvidar la autocrítica y la importancia que tienen los recortes para los valencianos.

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