Alicante
«Los espectadores se convierten en productores de contenidos amateur en Internet»
La ganadora del Premio Hermes de la asociación ATR, Victoria Tur-Viñes, investiga en los hábitos de consumo audivisual y las nuevas tendencias
El XIV Premio Hermes , que concede la Asociación de Telespectadores, Radioyentes y Consumidores ( ATR ) ha recaído en la psicóloga y doctora en Sociología Victoria Tur-Viñes , profesora titular del Departamento de Comunicación y Psicología Social de la Universidad de Alicante. «Vivimos un momento de cambio donde el espectador se está transformando en productor de contenidos, crece el consumo de medios audiovisuales vía Internet y se multiplican los contenidos amateur », resume esta especialista en comunicación científica, creatividad publicitaria e infancia.
«La comunicación audiovisual tiene un desarrollo imparable. Sin duda en los próximos años seguirán surgiendo nuevos medios y se multiplicarán los contenidos. A todos nos fascina lo audiovisual pero, a diferencia de los mayores que han vivido gran parte de la vida acercándose a la pantalla para disfrutarla, los más jóvenes hacen un consumo en ruta de los contenidos audiovisuales, por ello se ha disparado el consumo de streaming (visionado directo en internet sin descarga ni almacenamiento) y el uso de los móviles para ello», describe.
En esta «cultura participativa» no hay barreras para la expresión artística y el vínculo emocional, la ayuda para crear y compartir creaciones y entornos donde individuos experimentados, de forma altruista, acompañan a otros que se inician en esas actividades.
Tur-Viñes resalta que el 50 por ciento de la población con acceso a Internet consume series de televisión en la red, los consumidores demandan cada vez más un servicio de televisión a la carta ofrecido por plataformas con Movistar (8% hogares españoles), Netflix (2% hogares españoles) o Wuaki (1%) según el informe de Barlovento Comunicación. El 30 % de la población contrata estos servicios para crear sus propios horarios de programas de televisión (Kantar Media) y este porcentaje no deja de crecer.
Flujo inabarcable
En el informe de CISCO (2015), se predijo que en 2019 más del 80% (ahora 64%) del contenido web circulará en este formato, combinando imagen y sonido (videos difundidos a través de la red social, blogs, televisión y videos a la carta). Un individuo necesitaría más de 5 millones de años para ver la cantidad de video que circulará en Internet cada mes en 2019 y cada segundo del año 2019, casi un millón de minutos de contenido de video fluirá a través de la red.
En esta coyuntura los menores necesitan más que nunca orientación. Estudios (Common Sense, 2013: Protégeles, 2014) demuestran que la actividad más frecuente de los niños que tienen entre 9 y 12 años es ver videos de YouTube , especialmente videos divertidos, además de jugar a juegos. Por eso, hay que preparles para la «interpretación crítica de lo que ven: esto es fundamental, si no activamos la capacidad crítica de los menores, tendremos adultos adocenados, influenciables, manipulables».
Como recomendaciones, esta investigadora alicantina enumera las siguientes:
- Pensando en los usuarios de los medios: Sistemas eficaces de información (clasificación y etiquetado) que procuren decisiones informadas en la audiencia; Educación en competencias mediáticas en la escuela y en la familia.
- Productoras y distribuidores de señal: Pautas claras, consensuadas con todas las partes que permitan identificar, calificar y etiquetar los contenidos por edades, tipos de contenidos, subrayando tanto los posibles aspectos perjudiciales como aquellos especialmente positivos para el desarrollo psicocognitivo de los menores.
- Reguladores, políticos y empresarios: Revisión periódica del Código de Autorregulación sobre Contenidos Televisivos e Infancia y de toda la regulación existente (dispersa y ambigua con determinados medios) mediante informes de implementación y propuesta de mejoras de actualización.
Existen modelos de clasificación de contenidos internacionales de referencia considerados como exitosos: el modelo británico de British Board of Film Classification (BBFC); el modelo holandés Kijkwijzer de NICAM; el modelo australiano Children's Television Standards (CTS) de Australian Communications and Media Authority (ACMA); y el sistema PEGI para videojuegos .
Pictogramas
El sistema Pan European Game Information (PEGI) parece especialmente acertado, en su opinión. Permite la identificación de contenidos potencialmente perjudiciales y la recomendación de edad, y está orientado a la autorregulación del sector, mediante pictogramas comunes de fácil identificación. Inicialmente se aplicó a los videojuegos pero ahora se ha extendido a otros contenidos de entretenimiento ( películas, videos, DVD, Google Play y Firefox Marketplace …). «Si se añadieran recomendaciones de contenidos positivos sería muy potente», añade.
También están los centros de Internet más seguros, que están presentes en 30 países europeos y dan consejos e información a los niños, padres y maestros. También organizan paneles de jóvenes que son consultados sobre temas de seguridad en línea y desarrollan material informativo. Se dedican a la sensibilización y mantienen líneas de ayuda. Están organizados en una red paneuropea denominada INSAFE .
Internet Segura for Kids (IS4K) es el Centro de Seguridad en Internet para menores de edad en España (Dos centros: Madrid y León). IS4K está liderado y coordinado por la SESIAD (Secretaría de Estado para la Sociedad de la Información y Agenda Digital), con el soporte de Red.es, y ejecuta sus servicios a través del INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad), en colaboración con otras entidades de referencia. En línea con la estrategia Europea BIK (Better Internet for Kids), forma parte de la red paneuropea INSAFE de Centros de Seguridad en Internet y está cofinanciado por la Comisión Europea.
Asimismo, en el último informe « Mapping of media literacy practices and actions in EU-28 » se destacan las principales iniciativas en España destacando, entre otras, las actividades de IcMedia, asociación nacional donde está incluida ATR. Se destacan sus actividades, entre otras, fomentar ese pensamiento crítico para «comprender cómo funciona la industria de los medios de comunicación y cómo se construyen los mensajes de los medios de comunicación. Cuestionar las motivaciones de los productores de contenido para tomar decisiones informadas sobre la selección y uso del contenido. Reconocer diferentes tipos de contenido multimedia y evaluar su veracidad, fiabilidad y relación calidad-precio. Reconocer y gestionar los riesgos de seguridad y seguridad en línea».
También «desafiar la radicalización y el odio en internet, lo que es de extrema pertinencia, más aún, conociendo las reacciones derivadas de desgracias como la de los atentados en Barcelona».
