Vicente Vera - Cambridge Circus

Comercio sin guerra: viva el western

«Lo único que se fortalece y crece es la desigualdad de rentas salariales y el número de ricos en el mundo»

Una vez más en mi vida, he tenido que recurrir a la filosofía espiritual del irlandés Van Morrison para tratar de buscar la tranquilidad interior que me permita entender todo lo que nos está pasando tanto en nuestra España querida como en el ámbito internacional. Realmente, resulta agotador enfrentarse diariamente a las páginas de un periódico y poder encontrar un poco de sosiego y paz interior. Creíamos que este fenómeno de la globalización que nos lo vendieron como una pócima mágica, que lograría acabar con todos los males de las democracias y del capitalismo financiero, ha resultado poco menos que demoníaco. Nadie está conforme con sus líderes políticos. Se propaga el egoísmo entre las diferentes culturas y modelos de gobiernos tanto en Europa como en todos los demás continentes. Lo único que se fortalece y crece es la desigualdad de rentas salariales y el número de ricos en el mundo. Este ha sido el resultado más contundente de la globalización rampante que nos acecha sistemáticamente.

Esta situación de tensión permanente ha sido la causante que me refugiara en la filosofía de Morrison, sobre todo escuchando y poniendo en práctica los consejos dictados en su discurso de búsqueda de la felicidad y tranquilidad del alma. Y así nos dice que no procedamos sin el recurso fácil y temeroso de los gurús de turno, del profesor embaucador y de los métodos inviables y quebrados por la propia Historia de las civilizaciones. Escuchen el temazoIn thegarden incluido en su álbum No guru, No method,No teacher. Les reconfortará de tanta sublime torpeza.

En el plano político nacional se ha convertido harto difícil mantener una estrategia que contribuya a estabilizar los intereses de todo el país en su conjunto. Se ha conseguido de manera sibilina enfrentar a todas las comunidades autónomas. Nadie dice la verdad de las cosas que nos pasan y nos van a seguir pasando. Nadie explica a la sociedad española, según manifiestan los líderes parlamentarios, somos ya muy maduros políticamente hablando. Pero ellos a lo suyo. Haciendo campaña política todos los días para que en el horizonte del 2020 y ante la convocatoria de las elecciones generales el partido socialista pueda ganar las elecciones sin demasiado esfuerzo. De ahí que no se esté trabajando por la economía del país, mejorando todas las carencias que afectan a millones de ciudadanos. Pero ellos como si oyeran llover. Sigue el fetichismo del PIB, descuidando la medición de los niveles y calidad de vida según el profesor Stiglitz. En cuanto al capítulo del soberanismo catalán se sigue estafando a todos los españoles. Y aviso a navegantes, si crece esta negligencia política tendremos un problema muy grave durante mucho tiempo. El grado de crispación y enfrentamiento está rayando en lo grotesco y seguro que estallará pronto este volcán en estado de erupción inminente.

En cuanto a la coyuntura internacional, no cabe mayor estupidez histórica que la trayectoria de Donald Trump en el balance de su gestión política. Ahora estamos inmersos en otra bomba económica si continúa su política de interferir en la libertad de comercio internacional entre naciones. Cuidado con esta política agresiva de implantación de aranceles a China y Europa. En estos momentos todos nos necesitamos para una supervivencia digna desde el punto de vista de intercambio de bienes y servicios además de la creación de comercio entre países. Como advierte un profesor de Economía, Donald Boudreaux, en un artículo publicado en su blog Café Hayek, debemos acabar con todos los oximorones relativo a la guerra de aranceles o guerra comercial (trade war). Los conceptos guerra y comercio no son complementarios. La guerra es aniquilación de unos contra otros, y de esa medicina ya tuvimos bastante en el siglo XX.Cuando oímos decir a un gobierno que ha iniciado una guerra comercial, lo que realmente significa es que dichos gobiernos están convirtiendo a sus ciudadanos en ardientes guerreros. Recomiendo que se deje de emplear este término como explicación de un hostigamiento comercial, que en el caso concreto de China vs. USA no terminará bien si Trump continúa erigiéndose en el único líder carismático en el orbe.

Cuidado con las reservas de deuda pública en manos de China, que es el principal acreedor de Estados Unidos con un total de 1,2 billones de dólares en deuda estadounidense. Imaginemos lo que supondría, si continúan las amenazas de Trump sobre el comercio chino, si estos deciden no renovar la deuda a los americanos. De modo que esta estrategia se está convirtiendo en un western del siglo XXI al más viejo estilo de las obras maestras del cine americano.

Tendremos que revisar la cinematografía de John Houston, Howard Hawks y otros grandes genios del cine americano y recordar todos los estilos y técnicas para avasallar al adversario. Recordamos también al director italiano Sergio Leone y su saga de espagueti western. El objetivo más necesario y urgente en la actualidad a corto plazo tendría que ser la búsqueda democrática de un nuevo sheriff con capacidad, talento e inteligencia suficiente para reducir esta globalización desbocada y sin liderazgo, capaz de templar la elevada tensión internacional en los mercados de la industria y las finanzas internacionales. Lo dice también uno de los asesores más reconocidos del mundo de la moda, David Shah. Según su criterio, cada década está marcada por un color, así afirma que desde hace un tiempo estamos inmersos en los años del gris, y del negro también diría yo. Hay gris por todas partes y no es fácil darse cuenta. Gris porque nadie ve el futuro con claridad y el presente está neblinoso, brumoso, encapotado. Pues así están las cosas y así se las estoy contando. Habría que revitalizar las organizaciones internacionales, la OMC, etc. Ahí es donde se deberían negociar todos los avances de la economía mundial y el reparto del mercado. El mayor inconveniente es evitar que se den mayoría de países que pudieran bloquear la eficacia de dichas instituciones. Al final, el ciudadano de cualquier ciudad del mundo se da cuenta de que no hay nada que hacer, nada más que demorar su aplastamiento social por la cruel avaricia de la globalización o seguir arriesgando en este western mundial controlado por los pistoleros y atracadores de diligencias.

Como terapia para estos días de tórrido verano con Trump sobrevolando Europa, volveré a escuchar la espiritualidad de Van Morrison tarareando aquello de no guru no method no teacher.

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