Fernando Llopis - El último liberal

Lo que el Botànic esconde

«Siguen ocultando el fantasma de las tendencias filoindependentistas de la formación Compromís, por lo menos hasta que pasen las elecciones»

Mónica Oltra y Vicent Marzà, en un acto público MIKEL PONCE

Harrison Ford y Michel Pfeiffer interpretan a un matrimonio perfecto, quizá solo afectado por la añoranza que sienten tras la marcha de su hija a la Universidad. Pero, de repente, empiezan a suceder sucesos extraños que perturban enormemente la vida del matrimonio, y que demuestran que las cosas son lo que son y no lo que parecen. Este es el argumento de la película dirigida por Robert Zemeckis “Lo que la verdad esconde”. No es ninguna obra maestra, pero es todo un lujo ver a estos dos grandes actores juntos interpretando a dos personas que ven desmoronarse su vida cuando no pueden ocultar los fantasmas del pasado.

Uno de los fantasmas del pasado que con más fuerza ha aparecido en campaña ha sido la explosión del caso Alquería , donde tal como cuenta Rosana Crespo en este diario, la Fiscalía acusa al PSOE y Compromís de crear un gobierno paralelo para enchufar a sus afines en Valencia. Hace casi un año, el expresidente de la Diputación de Valencia, el socialista Jorge Rodríguez, fue detenido junto a otros cargos de la empresa pública Divalterra. El señor Rodríguez pasó incluso alguna noche en el calabozo, pero el PSPV y Compromís trataron de minimizar el caso. Aunque las presiones hicieron inevitable la dimisión de Rodríguez como presidente de la Diputación, recientemente había sido confirmado como candidato a la Alcaldía de Ontinyent por el partido socialista. Pero, como en la película, los muertos mal enterrados se resisten en desaparecer. A pocos días para las votaciones a les Corts, la apertura del secreto de sumario ha golpeado a los componentes del Botànic con una fuerza inusual. El caso, según figura en el sumario, parece apuntar a una contratación de amiguetes como directivos con unos sueldos mucho más que respetables . En opinión de Anticorrupción, se había creado una estructura de gobierno paralela formada por consejeros de Compromís y PSPV. Todo esto, suponiendo un coste total de unos dos millones de euros de dinero público según la UDEF.

Mónica Oltra y Vicent Marzà, en un acto público MIKEL PONCE

Nada, en tres años, los del Botánic han devuelto a nuestra Comunidad a la peor actualidad posible de los oscuros tiempos del Partido Popular, enfangando la gestión con una corrupción que hace nada decían criticar. Parece claro que los que venían a salvar a las personas, realmente tenían como objetivo salvar tan solo a los suyos.

Pero no solo son los fantasmas de la corrupción los que asolan el presente del Botànic, es cuanto menos gracioso como tratan de minimizar, e incluso ocultar, su intento de inmersión lingüística. La diputada socialista Sandra Martín negó sin rubor en televisión que existieran alguno de los decretos que ellos habían aprobado acerca del diferencial trato de que reservaban a los estudiantes en función de la opción (castellano o valenciano) que escogieran.

También han saltado chispas y sonrisas cuando Aitana Más, candidata a las Cortes por Compromís, ha dicho en una entrevista eso de que ellos “no comen ni lazos ni banderas”. Por un lado, a los del Bloc les ha sonado a traición y por el otro, al resto nos ha sonado a intentar tomar el pelo y a seguir ocultando el fantasma de las tendencias filoindependentistas de la formación Compromís, por lo menos hasta que pasen las elecciones .

Y, es que, parafraseando a lo que se indicaba en la promoción de la película, “eran los candidatos perfectos hasta que sus errores les siguieron a su casa”.

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