Recuerdo a medio gas del 1-O en uno de los epicentros de las cargas policiales

Medio centenar de personas, sobre todo jubilados y algún universitario, se reúnen a las puertas del CEIP Ramon Llull

Lazos y flores amarillas para recordar el 1 de Octubre de 2017, en las puertas de la escuela Ramon Llull, en Barcelona ORIOL CAMPUZANO

Esther Armora

«Somos pocos pero iremos hasta el final, hasta la república », decía en corrillo a sus compañeros de lucha una de las pocas personas (cerca de medio centenar), en su mayoría jubilados con mochilas y lazos amarillos, que esta mañana se concentraron ante las puertas del colegio Ramon Llull de Barcelona , uno de los centros en los que se vivieron momentos de más tensión por las cargas policiales del 1-0.

Minutos antes de las doce del mediodía, hora en la que se había convocado el acto, apenas una decena de personas recordaban en «petit comité» cómo vivieron hace un año la polémica jornada. «Yo estaba en el colegio de los Encantes y subí corriendo a este porque me dijeron que había follón», señala en declaraciones a este diario Jesús, uno de los vecinos de esta zona que ha querido rememorar los hechos.

Otros de los reunidos, como Pep, ni tan solo estuvo allí. «Me comentaron que las cargas fueron aquí abajo. No hay derecho. No se puede consentir la violencia», apunta en declaraciones a este diario. Es uno de los pocos jóvenes concentrados. Junto a él, Rosa y María (esta última prefiere no dar su nombre) recuerdan con indignación lo que ocurrió. «Estamos aquí porque hay gente en la cárcel por defender una causa que nosotros también defendemos», afirma.

Concentración ante las puertas del colegio O. CAMPUZANO

Quince minutos después de la hora apuntada, corre la consigna entre los presentes de que el acto se traslada la concentración a la puerta de la Avenida Diagonal para que los niños puedan salir tranquilamente del centro. En el nuevo emplazamiento, sobre las 12.30 horas empiezan a salir profesores (unos diez) y uno de los concentrados oficia un corto parlamento: «Pudimos colocar la papeleta y no lo pudieron impedir. Triunfó la democracia», afirma en voz alta ante los reunidos. Tras esas breves palabras, algún improvisado grito de «¡Viva la república catalana!» y aplausos, muchos aplausos. El himno de «Els Segadors» cerró el deslucido homenaje en el que hubo casi tantos periodistas como concentrados.

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