ERC reconoce que el independentismo no tiene una «estrategia conjunta»

«Tenemos que ponernos de acuerdo en los siguientes pasos a dar», advierten los republicanos

Manifestantes independentistas ante la prisión de Lledoners INÉS BAUCELLS | Vídeo EP

M.V.

ERC ha pedido hoy a las fuerzas políticas independentistas la negociación de una «estrategia conjunta por escrito» para volver a crear una cierta «unidad de acción» del secesionismo con tal de lograr el objetivo compartido de culminar la república catalana. Asimismo, los republicanos no han dejado atrás el cruce de acusaciones con Junts per Catalunya , que vivió su máxima tensión la semana pasada.

En la rueda de prensa posterior a la reunión de la comisión permanente de ERC, la portavoz republicana Marta Vilalta ha urgido a la CUP y al espacio surgido de la antigua CDC, primero; PDECat, después y la Crida de Puigdemont, ahora a «trabajar en una estrategia conjunta». «Ahora toca sentarnos juntos , y ponernos de acuerdo en una estrategia conjunta que quede plasmada por escrito», ha explicado.

Así las cosas, los republicanos han reconocido de forma implícita que el independentismo camina sin rumbo desde hace meses. Los de Junqueras se suman así a la tesis expuesta hace semanas por Òmnium Cultural . «Es evidente que no hay una estrategia unitaria del independentismo». Así de contundente se mostró el vicepresidente de la entidad, Marcel Mauri, el pasado mes de junio.

Dispersión y falta de unidad

«Es bueno que nos los digamos, porque en la medida que admitamos que no hay una estrategia unitaria es más fácil que la podamos construir», añadió antes de reconocer que existen diferencias con la otrora todopoderosa ANC , sobre todo en la forma de actuar. Ahora, ERC se suma a reconocer este secreto a voces.

«Tenemos que ponernos de acuerdo en los siguientes pasos a dar», ha apuntado Vilalta, reconociendo así la monumental dispersión estratégica y retórica que vive el independentismo. Esta crisis de la tan reclamada «unidad» quedó patente de forma traumática la semana pasada en el Parlament, cuando ERC y Junts per Catalunya acabaron la semana con un pleno suspendido hasta después de vacaciones y sus líderes tirándose los platos por la cabeza.

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