El independentismo modula su plan para evitar la cárcel y ampliar su base el 21-D

Los líderes encausados cambian su línea de defensa mientras los partidos rebajan su perfil más estridente

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À. GUBERN

No es que hayan dejado de ser independentistas, simplemente la perspectiva de la cárcel lo cambia todo. De manera súbita, en apenas una semanas, prácticamente días, los líderes secesionistas encausados en la Audiencia Nacional y en el Tribunal Supremo están dando un giro en su estrategia de defensa que, por elevación, comienza a trasladarse también a la estrategia política de sus partidos de cara a las elecciones, definitivamente autonómicas, de diciembre.

Ni hay bastante masa crítica para la ruptura, ni la DUI era vinculante, ni había nada preparado para el día 1 de la república catalana... no es el argumentario del PP y Cs sino el discurso que, como si hubiesen despertado tras una noche de borrachera, practica ahora en mayor o menor grado el independentismo. La resaca es histórica.

La modulación del discurso y el cambio en la línea de defensa se hizo evidente por primera vez el pasado jueves, cuando la Mesa del Parlament, con su presidenta Carme Forcadell al frente, renegaba de la unilateralidad ante el Supremo y asumía la vigencia del 155. Ante la perspectiva de la prisión preventiva, la lideresa del "procés" plegaba velas: dos días después no acudía a la manifestación en favor de los "presos políticos ".

La "línea Forcadell" de defensa podrían adoptarla también los ocho exconsejeros de la Generalitat que sí están en prisión preventiva - Junqueras, Mundó, Turull, Rull, Romeva, Forn, Bassa y Borràs -, una vez han optado por el cambio de abogado y a la espera también de que su caso pase de la Audiencia Nacional a un Tribunal Supremo a priori más receptivo, como se demostró en las medidas cautelares que impuso a la Mesa del Parlament.

El cambio en la estrategia de defensa es paralelo a un discurso político menos estridente, como el que hace días que se oye en Esquerra, y ayer mismo el presidente de la Generalitat depuesto ensayó desde su "exilio" de Bruselas . Puigdemont, en una entrevista en "Le Soir", afirmaba que la independencia no era la única salida sobre la mesa: "¡Siempre es posible! ¡He trabajado durante treinta años para obtener otro anclaje de Cataluña en España!".

Aunque sin renunciar a la indepedencia, en Esquerra se percibe también cierto viraje, asumiendo, como expresó en su momento el diputado Joan Tardà, que es necesario ampliar la "base" soberanista, y explicando que no había que renunciar a la demanda de un referéndum pactado, una "pantalla" sobre el papel ya superada por el independentismo. El guiño a los "comunes" es descarado.

Con el campo soberanista adoptando una nueva estrategia de defefensa y los partidos afinando su discurso ante las elecciones de diciembre, Jordi Sánchez (ANC) y Jordi Cuixart (Òmnium) se disponen a cumplir el próximo jueves su primer mes de prisión preventiva en Soto del Real.

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