Juicio del «Procés»

Una foto «histórica» que explica las grandes tramas del independentismo

Quim Torra saluda desde el fondo de la sala del Supremo ignorado por Oriol Junqueras mientras el «traidor» Santi Vila se abstrae mirande los frescos del techo

La sala del Tribunal Supremo donde hoy se ha iniciado el juicio al «procés» EFE/Emilio Naranjo

Miquel Vera

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La primera foto de los independentistas presos ante el Tribunal Supremo que los juzgará por organizar el referéndum ilegal del 1-O ha generado un enorme impacto en el independentismo. ¿El motivo? Que explica de un vistazo buena parte de las tramas políticas del «procés», así como las enemistades entre sus protagonistas y el frágil juego de equilibrios de un movimiento que hoy se ha sentado ante la Justicia en una jornada calificada como «histórica» .

En la instantánea se puede observar como casi todos los exconsejeros miran al presidente catalán, Quim Torra , que saluda envanecido y pletórico desde el fondo de la sala con la mano alzada y sonriendo. Sin embargo, el exvicepresidente Oriol Junqueras y el antiguo consejero de Justicia (Carles Mundó), ambos de ERC, ignoran la efusividad del «president». Esta distancia se puede interpretar como la irrebatible muestra de la frialdad que viven las relaciones entre neoconvergentes y republicanos.

La «amistad política» entre ERC y la antigua convergencia se han degradado progresivamente desde el 1-O al calor de los enfrentamientos, más o menos soterrados, entre Junqueras y Puigdemont. Aunque sus partidos comparten el poder en la Generalitat, los dos hombres fuertes del «procés» apenas tienen contacto y se lanzan acusaciones cruzadas a través de los medios. Hace unos meses Puigdemont decía que Junqueras no le contestaba las cartas ni le agradecía los paquetes -así lo afirmó su portavoz Elsa Artadi- mientras que el propio Junqueras dijo hace solo unos días que él se quedó en Cataluña por «responsabilidad» con la ciudadanía. Un amable guiño a Puigdemont .

Los ataques entre neoconvergentes y republicanos también son habituales en el Parlament, donde ERC se niega a investir a distancia al exalcalde de Gerona , como exigen repetidamente los de Puigdemont. Volviendo a la foto, también ha llamado la atención como uno de los acusados, el exconsejero de Empresa Santi Vila (quien dimitió en vísperas de la segunda declaración unilateral de independencia votada en el Parlament tras el 1-O, algo que le ha hecho ganarse el apelativo de «el traidor» en algunos círculos independentismo) es totalmente ajeno a la escena, a pesar de estar justo en el centro. Mira absorto al techo, o a los frescos que decoran la sala nombre del Supremo en Madrid donde hoy ha empezado el juicio al 1-O.

Santi Vila, quien llegó ayer a la capital en el AVE mientras sus antiguos compañeros esperaban el inicio del Juicio en la prisión de Soto del Real, está rodeado de sus antiguos colegas de gabinete pero ni siquiera los mira. La escena es coronada por los tres dirigentes secesionistas que han escoltado a Quim Torra esta mañana en el Supremo. Uno es el consejero de Territorio Damià Calvet , personaje discreto -íntimo de Josep Rull, uno de los acusados- y que ha ganado enteros en el Ejecutivo catalán a raíz de su gestión del conflicto entre taxistas y VTC. Su nombre suena ahora como posible sustituto de la portavoz y consejera de la Presidencia Elsa Artadi, que seguramente irá a la lista que prepara Puigdemont y el PDECat para las elecciones municipales.

Junto a Torra y Calvet también está la consejera de Justicia Esther Capella, exdiputada de ERC en Madrid y cuya presencia se entiende en la lógica del juicio. Con ellos, aunque a cierta distancia está el lustroso diputado de Junts per Catalunya Albert Batet . Un personaje peculiar, defensor a ultranza de Puigdemont y Torra, a quien vitorea en el Parlament con entusiasmo. Su nombre siempre cotza al alza en el universo convergente. Y en esta ocasión, ha logrado situarse en una esta estampa que resume siete años «procés» en una imagen.

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