El jefe de filas del PSC, Jaume Collboni, con una vecina de la Vall d'Hebron, tras reunirse con Ada Colau
El jefe de filas del PSC, Jaume Collboni, con una vecina de la Vall d'Hebron, tras reunirse con Ada Colau - I. BAUCELLS

El PSC asume su irrelevancia al convertirse en la muleta de Colau

Los socialistas buscan protagonismo a costa de diluirse en la «nueva izquierda»

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Desdibujado su espacio electoral ante la irrupción avasalladora de Ada Colau, y ansiando un protagonismo que hace no pocos años era abosoluto en la política catalana, el PSC está a punto de consumar su entrada en el gobierno municipal de Barcelona. Los socialistas catalanes, que han dado libertad al grupo que preside Jaume Collboni para negociar el acuerdo, confían en recuperar presencia en la ciudad que gobernaron durante tres décadas, aún a costa de diluirse en el gobierno de Barcelona en Comú y convertirse en muleta de la «nueva izquierda».

Si en el conjunto de España el PSOE tiene pánico al «sorpasso» por parte de la confluencia de Podemos-IU, en Cataluña esto ya es una realidad política consolidada.

Ante la disyuntiva de quedar relegados a ser una oposición inane –mucho más ingrata en el ámbito municipal que en el autonómico–, el PSC ha optado por echarse en brazos de Colau, se desconoce si a modo de anticipo de lo que puede acabar sucediendo con el PSOE y el partido de Pablo Iglesias tras el 26-J.

Fuentes municipales asumían a ABC que la opción del PSC es arriesgada, y pasa por sobrevivir erigiéndose en el factor corrector-moderador de Barcelona en Comú. El precio a pagar, asumir que la hegemonía en el espacio de la izquierda ya no la encarnan sus siglas, algo por otra parte incuestionable políticamente. Las mismas fuentes sostienen que el pacto es más ventajoso para Colau, que consigue así aparecer ante el electorado con un perfil menos radical, lejos del extremismo de la CUP. De hecho, Colau ha priorizado el acuerdo con el PSC a otro con ERC, que exigía el veto a los socialistas y el acercamiento a los antisistema.

Al respecto, fuentes tanto de los republicanos como del partido anticapitalista mostraron a ABC su enojo por el inminente pacto Colau-Collboni. «Si ellos pactan, nosotros nos alejamos», anticipan desde ERC y la CUP. El anuncio de ambas formaciones confirma que pese a todo el juego negociador puesto en práctica, la minoría con la que gobierna Colau sigue siendo muy precaria. El acuerdo con el PSC únicamente suma cuatro ediles a su grupo de concejales, quince en total en un plenario en el que la mayoría son 21. Si a este bloque se le suma ERC (5) y la CUP (3) apenas alcanzan los 23. Enfrente, una oposición beligerante formada por CiU (10), C’s (5) y PP (3).

Control político

El acuerdo con el PSC es «inminente», según ha reconocido el primer teniente de alcalde y hombre fuerte del gobierno municipal Gerardo Pisarello, y pasaría porque los socialistas asumiesen responsabilidades en Cultura y en las macroáreas de Economía, Urbanismo y Servicios Sociales, pese a que Barcelona en Comú seguirá mantienendo el control de las mismas. Del mismo modo, un equipo de Colau ahora mismo desbordado cedería también al PSC la gestión de tres de los diez distritos de la ciudad.

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