La Gavina, el gran lujo de la Costa Brava

El histórico hostal, hoy resort de lujo, albergó a Sinatra, Orson Wellesy Elizabeth Taylor

Peter Sellers y su esposa, Britt Ekland, en una fiesta en La Gavina en los años 60 ABC

Sergi Doria

El lujo de la Costa Brava tiene su origen en unos sacos de harina. A la industria harinera se dedicaba Josep Ensesa Pujades cuando un cliente le pagó en especies con unos terrenos rocosos en la Punta d’en Pau, entre la bahía de San Pol de San Feliu de Guíxols y la playa de Sa Conca de Playa de Aro.

Hace cien años, la codiciada costa de hogaño era barracas de payeses con viñedos y barcas de pesca. Urbanizar aquel rincón agreste no era fácil. Aconsejado por el arquitecto Rafael Masó , Ensesa adquirió la parcela adyacente a su terreno y fue ampliando la propiedad para crear una urbanización de verano.

Acabada la Gran Guerra y animado por la popularidad de los baños de mar de la playa de San Pol, Josep Ensesa hijo impulsó el proyecto paterno. El enclave, que no tenía topónimo oficial, se llamó S’Agaró , por un torrente seco en el límite de Playa de Aro y San Feliu.

Veinticinco pesetas

La casa de Ensesa fue la primera. La Senya Blanca de Masó inauguró en 1924 la treintena de chalés de la ciudad-jardín novecentista que continuarían después de la guerra Francisco Folguera y Adolf Florensa. Siguieron las pistas de tenis, el restaurante de los baños -actual Taverna del Mar - y el Hostal de la Gavina, inaugurado el 2 de enero de 1932: veinticinco pesetas la pensión completa. En 2020 se cumplirá el centenario de los baños de San Pol; el 18 de julio de 1936 abría sus puertas La Taverna del Mar.

Ensesa convirtió la Costa Brava que bautizó Ferran Agulló en emporio cosmopolita. Recorrer el Camino de Ronda , junto a la urbanización de S’Agaró, demuestra que es posible armonizar turismo y naturaleza. Capiteles blancos, bóvedas de ladrillo rojizo, entre pinos y estéticos roquedales... Así veía Josep Pla el S’Agaró de Ensesa en su Guía de la Costa Brava: «Una lección de buen gusto y un ejemplo de orden, puesto al servicio de la dignificación del país», un «orden humano perfecto».

En 1969 Pla volvía a elogiar el espíritu de S’Agaró en la revista homónima que Ensesa había fundado en 1935. Aquel año, Dalí presentaba El atleta cósmico, Sean Connery se limpiaba la arena de los zapatos, actuaban Lucero Tena y Teresa Berganza, desfilaba la moda de Pedro Rodríguez...

La Gavina era el plató de las estrellas . En sus estancias con tapices flamencos, lámparas de cristal de Bohemia y Murano, boisseries francesas, tallas románicas, bargueños del XII, un busto de madame Pompadour, jarrones de Sévres, óleos de Grau Sala, o la Venus de S’Agaró de Joan Rebull que preside la piscina de agua salada, Ava Gardner y Mario Cabré se enamoraron un 23 de abril de 1950, mientras rodaban Pandora y el holandés errante de Albert Lewin: «Noche de lágrima y beso / Miradas puestas a salvo. / El mar junto a la tierra / como el éxtasis que abrazo», escribirá el actor, poeta y torero en su Dietario poético a Ava Gardner.

S’Agaró fue también el escenario de Mr. Arkadin de Orson Welles (1955) y De repente, el último verano (1959) de Joseph L. Mankiewicz, con Elizabeth Taylor y Montgomery Clift.

En 1962, La Gavina se integró en The Leading Hotels of the World , selecta asociación de 430 hoteles, resorts y spas de lujo internacional. En su libro de huéspedes ilustres: Valery Giscard D’Estaing, los Reyes de España Juan Carlos I y Sofia, Salvador Dalí, Josep Tarradellas, Plácido Domingo, Josep Pla, Frank Sinatra, Lawrence Olivier, Humphrey Bogart, Lauren Bacall, Cole Porter, Josep Carreras, Camilo José Cela, Octavio Paz, John Wayne -que se fue sin pagar-, Peter Sellers, Luis Miguel Dominguín, Julio Iglesias, Carlos Santana, Robert de Niro, Jack Nicholson, Lady Gaga... Tras su reciente actuación en Peralada, Paul Anka, se vino a La Gavina. La felicidad del lugar es tal, que el premier británico Lord Selwyn Lloyd, asiduo en los años cincuenta, preguntaba cada mañana al recepcionista: «¿Hay alguna mala noticia para mí?».

Resort cinco estrellas

Reafirmado como resort de cinco estrellas Gran Lujo , el Hostal de La Gavina dispone de 53 habitaciones y 21 suites exclusivas y dos mil metros cuadrados de jardines. Los descendientes de Ensesa -su hijo Josep Ensesa Monsalvatge y sus nietos Julia, Virginia, Carina y Josep- siguen conjugando tradición y modernidad. Entre 2014 y 2019 han invertido cinco millones de euros en los restaurantes El Barco, La Taverna del Mar, Candlelight -buque insignia de Romain Fornell- y Villa d’Este; se han reformado las suites, los salones de lectura y de la chimenea y los baños públicos. También se han incorporado tres salas de tratamientos -Spa & Beauty Club- con vistas a la bahía de San Pol.

En el salón de lectura, el retrato de Josep Ensesa Gubert, óleo de Revello del Toro, bendice la idea genial que situó la Costa Brava en los mapas de la distinción.

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