Vacaciones extremas: pagar para naufragar

Proliferan las agencias que ofrecen viajes atípicos: rutas en moto, «trekking» en países exóticos o estancias en islas desiertas con aislamiento extremo

Una de las islas que ofrece Docastaway ABC

Tatiana Rojas

Viajar de forma aventurera está de moda y en el mercado se multiplican las propuestas para atraer a turistas que desean escaparse de la rutina , huir del turismo masivo y, además, arriesgarse yendo a lugares remotos y supuestamente peligrosos. Una aventura, en todo caso, controlada. Nadie quiere morir en el intento.

Existen infinidad de personas y empresas dedicadas a organizar viajes típicos: de pulsera, postal y taxi esperando en el aeropuerto. Sin embargo, hay otras que facilitan expediciones fuera de lo normal, para que sus clientes vivan experiencias únicas con propuestas que van del «turismo artesanal» a las atractivas «aventuras a la carta» en islas alejadas de la civilización.

Docastaway, por ejemplo, busca islas desiertas y salvajes por todo el mundo y ofrece 40 destinos a clientes que desean aventurarse o ,simplemente, perderse en el tiempo. El dueño de la empresa, Álvaro Cerezo, se ha convertido en toda una leyenda. «Lo diferente de nosotros es que le permitimos a las personas estar solas, lejos de la civilización, eso es único. No existía ninguna empresa que hiciera esto. Los locos que están por el mundo vienen a mí a encontrar dos modos de viajar: confort, que es el preferido de las parejas, y aventura, que lo prefieren muchas veces los americanos», manifiesta a ABC Cerezo, quien desde muy pequeño tenía afición por las historias de náufragos. Curiosamente, hoy se considera uno de ellos.

El cliente perfecto

En Docastaway identifican al «cliente perfecto» como aquel que no necesita nada más que una hermosa playa solitaria para escapar de la rutina. Su catálogo ofrece experiencias que van de una «aventura» con un grado de confort más que aceptable, a otras que ponen al viajero, literalmente, al límite. Por 380 euros al día ofrecen una «estancia» en una isla volcánica en Oceanía, apta para amantes de los desafíos extremos y dispuestos al total aislamiento. Comida y bebida, la que naturaleza proporcione. Además, se invita a vivir la experiencia de subir a la cima de un volcán. Eso sí, sin guía y completamente solos. Supervivencia extrema. Otra de las ofertas para quienes quieran disfrutar unos días en una isla privada tiene un coste de 120 euros al día, aunque a diferencia de las propuestas más extremas, aquí se puede contar con un guía y cocinero. Aquí, la «aventura», es mucho más «light»: un plan más «tranquilo» y con menos riegos.

Otra de las agencias que garantizan vacaciones más allá del resort de «todo incluido y piña colada» es El Círculo Travel, una agencia online que organiza «tours» en motos y furgonetas . Nació con la idea de convertir la pasión de su director en una profesión. David Pueyo, quien viajó durante dos años por 19 países de América Latina a lomos de una moto, es el director. Se especializa en ofrecer aventuras en lugares como Chile, Argentina, Brasil, Colombia o Marruecos, entre otros.

«Los viajes que nosotros ofrecemos no son tan moteros como el que yo realicé. Le damos importancia a que las personas vivan la experiencia local y cultural que hay en cada país. Enseño los lugares que me impactaron a mí y convierto esto en una experiencia de amigos», explica Pueyo a ABC. Se dedican a un reducido número de viajes durante todo el año para así tener exclusividad, calidad y aprovechar al máximos los 14 días que ofrecen en cada destino. La idea es ofrecer al viajero una experiencia de gran ruta, pero con mayor comodidad y un grado de organización aceptable. Aventura hasta donde uno quiera.

«No son viajes para todos»

No son los únicos que ofrecen este tipo de viaje. Otro ejemplo de ello es Viatges Independents&Trekkings, una firma de viajes que explora hasta los últimos rincones del planeta. Con sede en Barcelona y 40 años de experiencia se dedica a buscar nuevas rutas y lugares que aún no figuran en los itinerarios turísticos populares y, además, pone en valor la naturaleza, los paisajes y las tradiciones locales. «Nuestro viaje es artesanal. En las agencias tradicionales ofrecen un producto más industrial. Nuestros viajes no son para todo el mundo, son ambiciosos y le interesa a aquellos que desean ir a lugares vírgenes como Bangladesh o Pakistán», comenta Joan Pla, director del negocio. La clave: grupos reducidos, viajes a medida, expediciones en barco, jeep y mucho «trekking».

En esta época de verano, el sentimiento viajero y «mochilero» se activa y es más contagioso. Más de uno quiere vivir un nuevo reto, una aventura extrema y adaptarse al ritmo de la naturaleza, eso sí, con un poco de control. Pagar por sentirse un náufrago. Eso sí, regreso a la civilización en «first class».

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