El último guion de Cassavetes llega al Teatre Lliure

«Beguin The Beguine» puede verse hasta el próximo sábabo en Barcelona

Una de las escenas de la obra MARC GINOT

MARÍA GÜELL

La Fundación Cassavetes se puso en contacto con Jan Lauwers, director de la Needcompany desde 1986, para que llevara a los escenarios «Begin the Beguine». «Fue un honor recibir este encargo -destaca Lauwers-. Es su último guion y fue escrito en 1987 para que lo interpretaran sus actores fetiche, Ben Gazzara y Peter Falk; el texto quedó en un cajón…».

Los protagonistas son dos hombres ya mayores que se encierran en un apartamento y deciden practicar sexo hasta la muerte con prostitutas. Y en las funciones del Lliure (hasta el jueves 25) veremos en escena a Gonzalo Cunill y Juan Navarro, que hablarán en castellano, y a las actrices Inge Van Bruystegem y Romy Louise Lauwers (hija del director) que interpretarán los diferentes papeles de las prostitutas en francés y en inglés.

«“Begin the Beguine” es un texto muy actual, con mucho humor y mucha ternura», destaca Lauwers, que tuvo muchas dudas cuando propuso a su hija que hiciera el papel de prostituta. En el texto original se preveía que fueran varias actrices, pero Lauwers prefirió elegir a dos y que interpretarán varios personajes. El director de la Needcompany reconoce que la intención ha sido «concentrarse en el texto, los actores y la conexión de éstos con el público».

Un purgatorio

«Cassavetes sabía que se estaba muriendo y quizás estos dos hombres están muertos y están esperando algo, lo que sería una metáfora del purgatorio», analiza el director belga. Otro de los temas que toca es el fracaso de los hombres a lo que Lauwers apunta que «desde hace tiempo hay mucha testosterona dirigiendo el mundo, mucho músculo y quizás habría que dar más poder a las mujeres y que los hombres callaran. El máximo ejemplo de la potencia masculina es Trump».

«Begin the Beguine» es el nombre de una de las grandes canciones de Cole Porter, considerada uno de los clásicos de la música popular americana. «Seguramente era una de las canciones preferidas de Cassavetes y podemos fantasear que para él era bailar el último baile; pero nunca los sabremos».

Aunque las fotos que vemos en la web del Lliure son muy atrevidas, Lauwers afirma que «es la pieza más convencional de nuestro repertorio», mientras reconoce que «existe una tensión erótica equilibrada entre los cuatro protagonistas».

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