El escaparate de la pastelería Escribà, en Barcelona
El escaparate de la pastelería Escribà, en Barcelona - INÉS BAUCELLS

SEMANA SANTALas monas de Pascua de chocolate: de Barcelona para el mundo

La tradición, con un siglo de antigüedad, continúa mutando

BARCELONA Actualizado: Guardar
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La Semana Santa de 1923, el importador de vinos y productos españoles de origen catalán Josep Victori, ofrecía en su tienda Victori & Co. en el número 164 de Pearl Street en Manhattan, monas de Pascua. “Panderetas con escenas taurinas… maravillas reposteriles afectando las formas más fantásticas; cajas elegantes, molinos quijotescos, retablos ornamentados; ¡hasta un cañón amenazador y 'kaiseriano'!”, describe el periodista de La Prensa, el diario en español de Nueva York. “Todo de dulce, de crocante invitador y reluciente, con almendras decorativas, frutas almibaradas polícromas, flores de aljófar y adornos únicos, llenan las vidrieras, ya conocidas en toda la ciudad”, agrega. Hace casi 100 años de aquella escena y las monas de pascua siguen llenando vitrinas de colores, principalmente en Barcelona, pero no únicamente.

Eso sí, cada vez se ven menos toros y cañones y más fútbol y personajes de los dibujos animados.

Tan solo en la ciudad que las vio nacer, el Gremi de Pastisseria de Barcelona prevé que este fin de semana más de 700.000 ahijados recibirán de sus padrinos una mona de pascua artesana, 2% más que el año pasado. Este año, el fútbol, la Patrulla Canina, Star Wars y Pokemon, son los favoritos. “Los personajes de televisión y cine son los más pedidos por los pequeños, aunque muchos

Una mona de Escribà
Una mona de Escribà - I. B.

pasteleros crean figuras propias más innovadoras”, explican desde el gremio. Entre lo innovador destacan los animales, las escenas de la naturaleza y cualquier juego que la imagen de un huevo permita.

Es el caso de las creaciones artísticas de Oriol Balaguer, nieto de pastelero y maestro chocolatero, radicado en Barcelona, en donde tiene varios espacios de venta y dos tiendas en Madrid (Oriol Balaguer y La Duquesita). “No vendemos en Madrid tanto como en Barcelona pero estoy ahí desde hace nueve años y cada año vamos a más, se está volviendo también una tradición”, explicó a este diario. Balaguer más que temáticas prefiere las monas conceptuales, piezas de diseño, que muchas veces son de animales, inspiradas en la naturaleza, la arquitectura, la escultura, y más. Él se inició con las monas de pascua en la adolescencia pues incluso antes de incursionar en el negocio, a los 16 años, hizo su primera figura. “Le hice al hermano mayor de mi padre una pipa de unos 45 centímetros, tratando de imitar una pipa muy bonita que tenía mi abuelo”, rememora. En 2017, las estrellas de su vitrina son un caracol, globos de colores, peces, un payaso y un mono.

Oriol Balagué, con sus creaciones
Oriol Balagué, con sus creaciones - I. B.

Al tratarse de una tradición que pasa de padrino a ahijado, la historia de las monas parece no tener final, a pesar de que los precios y las temáticas van cambiando. El precio de las figuras varía mucho, dependiendo del grado de trabajo que requiera cada una. Este año, las hay de 35 euros (como las que tienen forma de robot o mariposa de La Pastisseria, en Via Augusta), pero pueden fácilmente rebasar los 100 euros (como alguna de Balaguer o las de la casa Escribà, lugar en donde se originó la creación de esculturas de chocolate para sustituir los huevos de chocolate de pascua, que venían de Francia). Según el gremio, las monas artesanales requieren de un trabajo mínimo de tres horas y las nuevas tendencias apuntan a las monas “saludables” que llevan

Una mona de Lego Star Wars, de la pastelería Canal
Una mona de Lego Star Wars, de la pastelería Canal - I. B.

menos azúcar o sin gluten (como la de Sacha, en la calle Vallmajor). Siendo el azúcar el enemigo número uno de la salud actual, seguramente en pocos años, la tradición seguirá mutando. A la fecha, la perfección de la técnica para moldear el chocolate, que se ha alcanzado para su elaboración durante estos 100 años, ha revolucionado el mundo de la pastelería; ya se verá dentro de un siglo qué nuevas sorpresas nos dan las monas.

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