El renacer de la ginebra «Made in Spain»

Marcas con décadas de historia están aprovechando para reinventarse buscando nuevos horizontes en un mercado que amenaza con saturarse

Entre las firmas que en los últimos años están reescribiendo su hoja navegación para captar nuevos clientes destaca la española «Gin MG» ABC

M.Vera

La ginebra lleva años viviendo una época dorada, un momento dulce que marcas con décadas de historia a sus espaldas están aprovechando para reinventarse buscando nuevos horizontes en un mercado que amenaza con saturarse. Sean jóvenes que hasta hace poco no tenían a este preciada bebida espirituosa entre sus preferencias o consumidores «gourmet» que durante años se han decantado por bebidas antiguamente más prestigiadas como el whisky, todos están en el punto de mira de la industria de «gin-tonic» .

Entre las firmas que en los últimos años están reescribiendo su hoja navegación para captar nuevos clientes destaca la española «Gin MG» . Esta histórica ginebra producida en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) fue relegada durante años por otras marcas internacionales que supieron conectar mejor con los gustos de los consumidores más elitistas, sin embargo, hace un año decidió recuperar su receta original -escrita en 1940- para salir a la caza de los paladares más exigentes.

Granos de enebro ABC

«Tenemos un producto histórico , somos una de las primeras ginebras españolas, por eso decidimos cambiar nuestro líquido y volver a la esencia de los años cuarenta. Volvimos también al alcohol hecho de cereales, que es el mejor, sin abandonar nuestros campos propios de enebro situados entre Cataluña y Aragón», explica el portavoz de la marca, Ramón Quesada.

Doce meses después, este giro copernicano ha demostrado ser un éxito y ha permitido a la marca escalar con éxito hasta consolidarse como una de las propuestas revelación del mercado. No en vano, la operación de recuperar los orígenes de la firma incluyó desde volver a utilizar un diseño parecido al que lucía la botella original hasta rehacer la receta y volver a una fórmula artesanal dominada por la ausencia de artificios, aditivos ni potenciadores .

«Fue una apuesta arriesgada que se saldó con éxito. Logramos pasar a ser una bebida de referencia para cocteleros y especialistas sin olvidar nuestro pasado, nuestros orígenes ni los consumidores tradicionales que nunca nos han abandonado», agrega Quesada, gratamente satisfecho por el comportamiento de ventas que ha registrado la marca en los últimos meses.

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