La Molina, 75 años de historia del esquí

Desde que nació, la estación ha sido un referente para muchas familias que a lo largo de los años se han desplazado hasta la Cerdanya para aprender a esquiar y vivir la nieve de cerca

Primeras imágenes que se tienen de La Molina FGC

EUGENIA BRAVO

Hablar de La Molina sin hacer referencia a la nieve y al esquí es hablar en vano. Muchas de las personas que tienen relación con la estación cuentan que es algo más que un espacio; no solo les ha visto aprender a esquiar, sino también a crecer. La Molina celebra este 2018 sus 75 años de historia y, aprovechando la ocasión, el Grupo FGC ha inaugurado en la estación de metro Provença una exposición sobre la estación de esquí y prepara una serie de actos conmemorativos que tendrán lugar hasta el próximo 17 de marzo.

En el siglo XIX, mucho antes de que se convirtiera en una de las grandes protagonisas como estación de esquí decana de España , únicamente había en sus montañas un hostal, dos aserradores de madera y una valla para el ganado del bosque de Segramorta. Su nombre, que proviene de ahí, quiere decir máquina de serrar madera movida por la fuerza del agua.

Su posición estratégica, cerca de la ciudad de Barcelona, y su ubicación en uno de los parajes más bellos de Cataluna, la Cerdenya, han hecho de este lugar un refugio para los primeros aventureros y un sitio mágico para las posteriores generaciones.

Fue en La Molina donde los primeros esquiadores de la península empezaron esta práctica que, hasta aquel momento, era desconocida en España. Sin embargo, hay que remontase hasta el año 1908 para tener constacia de los primeros esquiadores, los cuales eran miembros de los grupos de montañeros que comenzaban a surgir en la época.

No practicaban el esquí de la misma manera que ahora, ya que ponían en práctica otras disciplinas como el «telemark» , padre del esquí moderno y proveniente de una región noruega del mismo nombre, e iban equipados como auténticos exploradores.

Hubo que esperar a la llegada del tren en la década de los años veinte para que el esquí se popularizara como práctica deportiva entre la sociedad acomodada de aquel momento.

Fue en esa época, más concretamente entre 1923-1924, cuando se descubrieron las pistas de Fontcanela, «unas extensiones suaves, sin árboles y llenas de nieve» según describieron los pioneros que se atrevieron a alejarse de los alrededores de la estación y a atravesar el bosque de la Perdiu. Cogieron tanta fama de forma tan fugaz que pronto empezaron a realizarse las primeras carreras y campeonatos.

La construcción de Ekl Xalet, en 1925, como refugio del Centre Excursionista de Catalunya, significó la gran oportunidad para el desarrollo turístico de la estación.

Imágenes de La Molina
Imágenes de La Molina-FGC

El proceso de ebullición fue frenado por el estallido de la Guerra Civil , la cual provocó la paralización absoluta del esquí y un estancamiento en la expasión de la zona. Al igual que truncó las carreras profesionales de numerosos esquiadores que se encotraban en alza.

El invierno de 1940 trajo algo más que nieve a la zona de la Cerdenya: las pistas de esquí de La Molina volvieron a prepararse para recibir a aquellas personas que vieron como durante un tiempo como uno de sus hobbies o modo de vida estaba enterrado bajo una lluvia de bajas y miserias.

El Xalet abrió de nuevo sus puertas y aquellos proyectos que quedaron aplazados comenzaron a tomar forma. Uno de los que obtuvo mayor relevancia fue la inaguración del telesquí de Fontcanaleta , inicaitiva que suponia un reto ya que se convertiría en el primero de toda España.

El 28 de de febrero de 1943 se estrenaba el primer telesquí de La Molina, y años más tarde la estación volvió a ser pionera gracias a la instauración del telesilla que puso en funcionamiento el Turó de la Perdiu.

Fue a partir de entonces cuando La Molina comenzó a experimentar su verdadera expansión, que trajo consigo nuevas infraestucturas. En tan solo 15 años pasó a ser un referente para el mundo del esquí en todo el país, ya que disponía de algunos de los equipamientos más modernos.

La creación de nuevos espacios para el turismo en los años 70 y la popularidad que alcanzó el esquí en los años 80 la hicieron definitivamente popular.

Desde finales del siglo XX ha destacado por la organización de diferentes pruebas deportivas de referencia a nivel mundial como los Campeonatos del Mundo de Snowboard, Campeonatos del Mundo de IPC, Copas del Mundo de esquí alpino o infinidad de carreras, que le han hecho ganarse una merecida reputación a escala internacional.

Hoy en día La Molina sigue siendo líder en muchos aspectos , entre los que destaca por ser una de las tres estaciones de esquí de Cataluña reconocida por la Agència Catalana de Turisme como impulsadora del deporte y el turismo adaptado.

En el 2009 se convirtió en la segunda estación del mundo en conseguir el premio especial IAKS de arquitectura para instalaciones deportivas avanzadas.

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