Bermejo y Maspons impulsan el curso de un MNAC que quiere crecer

El museo reimpulsa su propuesta de ampliación al pabellón Victoria Eugenia

«Piedat Desplà», de Bartolomé Bermejo, en la Catedral de Barceloan ABC

D. Morán

De la maestría técnica de Bartolomé Bermejo a la fotografía canalla de Oriol Maspons pasando por la escultura de posguerra, el MNAC prepara su nueva temporada de exposiciones sin el revuelo mediático despertado por Gala -su muestra suma 125.000 visitantes, una de las mejores marcas del museo barcelonés- pero bien pendiente de su propuesta de ampliación hacia el pabellón de la Reina Victoria Eugenia. «No hemos acabado el MNAC, está a medias. Tenemos un proyecto infinitamente superior al espacio del que disponemos», destaca el director del museo, Pepe Serra.

Es por eso que el próximo día 19 presentará ante una comisión mixta formada por dos integrantes del Ministerio de Cultura, dos de la Generalitat y dos del Ayuntamiento de Barcelona, una propuesta de ampliación que contempla sumar el espacio del pabellón Victoria Eugenia para trasladar allí las exposiciones temporales, la colección de arte moderno y el centro de estudios. «Es una oportunidad única para la ciudad», insiste Serra.

Mientras tanto, el museo se conforma con lo que tiene para sentar cátedra en cuestiones de arte medieval, reivindicar la carrera de los grandes fotógrafos de la Barcelona de posguerra y recuperar nombres poco conocidos del arte catalán. Estos tres ejes, de hecho, configuran las líneas maestras de una programación para 2019 que estrenará el próximo mes de febrero Bartolomé Bermejo.

El MNAC, en colaboración con el Museo del Prado, estrenará el curso con una antológica dedicada a un artista «extraordinariamente moderno», u no los de pintores más fascinantes y misteriosos del siglo XV, que reunirá la mayoría de sus trabajos. Ahí estarán, por ejemplo, la tabla central del Retablo de San Miguel o una célebre y restaurada «Piedad Desplà» que podrá verse por primera vez fuera de la Catedral de Barcelona.

Más allá de la «gauche divine»

Entre julio de 2019 y enero de 2020 el turno será para el Oriol Maspons, fotógrafo de la gauche divine fallecido en 2013 y cuyo fondo descansa en el MNAC desde 2010. «Será una sorpresa, porque lo que se verá es a un autor muy serio, muy centrado en el mundo de las publicaciones», avanza Serra, sobre una exposición que bucea en la más de 7.000 imágenes realizadas por Maspons entre 1950 y 1980 para componer un retrato alternativo del fotógrafo barcelonés.

La recuperación de la obra del pintor y «gran retratista» catalán Antoni Fabrés (1854-1936) y una revisión de las principales líneas de experimentación de la escultura catalana de vanguardia durante la postguerra completan la programación de una temporada en la que el MANC seguirá explorando nuevos territorios y tendiendo puentes.

En este sentido, tan significativa es su colaboración con el Salón del Cómic para organizar una exposición sobre el cómic underground de los setenta como su implicación en una gran muestra sobre la Barcelona modernista que pasará por cinco galerías japonesas.

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