La Acadèmia Catalana de la Música califica de «despropósito» la gestión institucional del último Sónar

«Esperamos que nuestras instituciones reflexionen sobre el papel que tienen que ejercer en apoyo a la cultura», apunta la entidad

Dos personas bailan en la última edición del Sónar Efe

ABC

La Acadèmia Catalana de la Música ha calificado este martes de «despropósito institucional de unos niveles incomprensibles» la gestión institucional de la última edición del festival Sónar, que ha perdido 21.000 asistentes, por parte de las administraciones públicas y los gestores del recinto Fira de Barcelona.

En un comunicado, la organización ha dicho que este año pasará a la historia del Sónar como uno de los más desafortunados «como consecuencia de un incomprensible cambio de fecha decidido por Fira de Barcelona», un organismo integrado por la Generalitat, el Ayuntamiento y la Cambra de Comerç que, a su juicio, ha demostrado no tener mucha sensibilidad ni por la cultura ni por la música.

La academia ha lamentado que la decisión planteada como unilateral e innegociable respondía a intereses estrictamente comerciales, forzando al festival a mover su fecha, y que «los intereses estrictamente comerciales y económicos de Fira de Barcelona» han pasado por encima de las posibles consecuencias del cambio de fecha, algo que han considerado que deberían tener garantizado a unos cuantos años vista.

«La guinda del pastel ha sido la inhibición de las instituciones en el conflicto de los riggers », ha añadido la academia, que ha apuntado que el Sónar ha resultado parte afectada, pese a ser ajeno a este conflicto legítimo de carácter laboral, han considerado.

Han agregado que la falta de un posicionamiento claro por parte del Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat y de miembros del Consejo General de Fira de Barcelona «ha puesto en peligro la celebración del festival», salvado 'in extremis', pero afectando de forma relevante a la venta de entradas y amenazando a la viabilidad del proyecto.

«Este silencio institucional no ha beneficiado a nadie», ha considerado la academia, que ha añadido que ello no deja de reflejar la escasa importancia que se le da a la cultura y en especial a la música. «Esperamos que nuestras instituciones reflexionen sobre el papel que tienen que ejercer en apoyo a la cultura», y han deseado que el conflicto con los riggers se resuelva lo antes posible en defensa de los derechos de unos trabajadores que integran el ecosistema cultural de la ciudad.

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