«El turismo no se está gestionando bien en Barcelona»

Barcelona ha cambiado mucho en las cinco décadas que cumple la cadena hotelera que dirige; sin embargo, todo es cíclico, asegura Jordi Clos, presidente de Derby Hoteles

Jordi Clos, posando para ABC INÉS BAUCELLS

Ana Luisa Islas

Jordi Clos es uno de los empresarios hoteleros más importantes de España, Derby Hotels, la cadena que dirige, cumple 50 años y, para celebrarlo, el también presidente del Gremi d’Hotels de Barcelona (aunque no por mucho tiempo más) conversó con ABC acerca de los ciclos en la historia, de los cuales él conoce bastante, no solo por su experiencia en la política empresarial y la hostelería, sino también por ser uno de los coleccionistas de arte egipcio más potentes del mundo.

-¿Evoluciona la sociedad?

-La evolución humana es positiva.

-No siempre lo parece.

-Cuando estudias las culturas, en mi caso, la egipcia, ves 3.000 años de historia: cómo crecen, cómo suben, cómo se hunden, cómo vuelven a recuperarse, la corrupción, la falsedad. En el fondo, con un estatus diferente, pero se repite excatamente lo mismo. Los robos, los juicios, son muy humanos, no hay nada que hacer, no salimos de ahí.

-¿No hay solución?

-Afortunadamente, hay gente buena. Lo que pasa es que, como siempre, conocemos lo malo o las corruptelas, que es lo que sale en los diarios; pero la gente normal es buena. Ayer, en la peluquería, conocí a una chica que donó su pelo para niñas con cáncer.

-Hay esperanza, entonces.

-En nuestra sociedad hay una sensibilización por el prójimo positiva. Si dejas de lado a los políticos de media pinta y te vas a la calle, creo que vamos por buen camino, aunque vayamos mal en el tema político.

-¿Se refiere a Barcelona?

-La ciudad iba muy bien hasta el año pasado. En los años 90, cuando comenzamos a vender la ciudad, en Estados Unidos, no sabían si situarla en el sur de España o en el Norte de África.

-¿Cómo se llegó hasta aquí?

-Antes del 92, muchos hoteles cerraban el fin de semana, porque éramos un destino de congresos y ferias. Entonces creamos el plan de Turismo de Barcelona y le dimos la vuelta.

-¿Cómo influyó Derby Hoteles?

-Comenzamos a hacer las cosas diferentes en el año 78: creamos habitaciones dúplex, con espacios como de suite, sin serlo; pusimos una piscina en nuestro hotel, entonces no las había, la gente no las usaba; y creamos el concepto de las terrazas, que descubrí en Nueva York, ahora hay 68 terrazas de hoteles en la ciudad.

-¿Murió de éxito Barcelona?

-Incluso durante la crisis de 2007 a 2009 seguimos creciendo. Mantuvimos la ocupación, aunque hemos tenido que bajar los precios, sobre todo los hoteles de lujo. Sin embargo, los robos han aumentado este año. Estábamos en pleno esplendor, habíamos ganado prestigio, éramos la ciudad 8 del mundo, ahora somos la 15.

-¿Qué se hizo mal?

-El turismo no se está gestionando bien: la Generalitat es anecdótica y los otros (el Consistorio) están mirando.

-¿Por eso llevó su sede a Madrid?

-Lo hice antes del problema político. Tener la central de la compañía en la capital me va muy bien, porque tenemos hoteles en Francia e Inglaterra y estamos buscando seguir invirtiendo en Europa. Si quiero pedir un crédito para comprar un hotel en Munich, es mucho mejor hacerlo desde Madrid, la capital de España, que hablar de la situación de Barcelona.

-¿Por qué deja el Gremi d’Hotels?

-Está bien que otro suba, llevo muchos años al frente. Aunque no me iré, me quedo en primera fila, tengo 18 hoteles, yo quiero cuidar mucho lo que se hace ahí, pero es momento de que haya una candidatura diferente.

-¿No piensa en el retiro?

-No me ubico retirado: soy un presidente ejecutivo, no honorífico. Disfruto mucho de los hoteles. He creado este imperio de cero; por lo tanto, no tengo que justificarme con nadie. Estoy satisfecho con mis resultados.

-¿Y cuando no lo esté?

-Me retiraré cuando tenga dudas de mis decisiones, cuando haya que decidir algo a lo que no llegue. Por ejemplo, toda la transformación e integración tecnológica actual, de las redes y las plataformas de reservas es una parcela de mi terreno que he cedido a mi hijo Joaquim (director de la cadena). Derby fue el primer hotel en España en donde hubo un ordenador de banda magnética para hacer contabilidad. Participé en aquella adaptación tecnológica, pero aquello es prehistoria, ahora ya no me toca a mí.

-¿Se arrepiente de algo?

-Tengo la suerte de tener dos nietos y me doy cuenta de que me he perdido esta edad de mis hijos por completo. Me pasaba la vida trabajando, de lunes a sábado de ocho de la mañana a nueve de la noche, los domingos por la mañana incluidos. Mi hijo disfruta de sus hijos más de lo que hice yo. Eso sí, lo hacía porque era feliz.

-¿Cuál es la clave de su éxito?

-Además de trabajar, tener tenacidad, y voluntad, arriesgarse: si tengo un euro, tengo que invertirlo, aunque quizás lo pierda. Si lo haces bien, ganas.

-¿Qué ha aprendido en sus exploraciones en África y Asia?

-En mis expediciones he visto que la gente de esas tribus es feliz, no tienen nada pero no lo necesitan. La sociedad de consumo, la necesidad de consumir, de tener, no existe ahí. Son felices con sus hijos, en el campo, con sus tres gallinas, el mar, la luna, pasan así los años y mueren jóvenes. Ellos viven bien, están bien.

-¿Qué aprendió de la enfermedad en su niñez (tuvo polio)?

-Me forjó, porque cuando salí del pulmón de acero no quería ser el cojito del grupo, así que me hice muy fuerte de voluntad. Seguía siendo el cojito, pero cuando jugaba al futbol metía goles; hasta hace tres años jugaba tres partidos de padel por semana.

-Desde entonces, todo lo que toca se vuelve de oro.

-Desde pequeño tengo vocación de empresario. Soy un poco fenicio, siempre me ha gustado imaginar, pensar y llevar a buen término mis ideas. He tenido suerte... la he buscado también, nada viene gratis.

-¿Ha compartido esa suerte?

-Con el dinero puedes ser bueno o malo. No entiendo cómo personas ricas caen en la corrupción, el chantaje o el fraude, eso es de gilipollas, porque un señor rico, para comer, no va a comer tres filetes, va a comer solo uno; en cambio, puede perder su felicidad.

-La corrupción es humana...

-Hay personas que son capaces de hacer dinero y ser realmente maravillosas. Hay que retornar a la sociedad civil lo que nos ha dado, yo llevo haciéndolo desde hace 25 años. Es cíclico.

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