Omella, esta mañana en el Arzobispado de Barcelona
Omella, esta mañana en el Arzobispado de Barcelona - INÉS BAUCELLS
RELIGIÓN

Omella reitera sus ganas de trabajar por el «diálogo, la fraternidad y la comunión»

El arzobispo de Barcelona, recién nombrado cardenal, cree que su designación es un síntoma de la renovación en la Iglesia

BARCELONA Actualizado: Guardar
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"Me llamó el obispo de Pamplona para decírmelo y pensé que era una broma". Ilusionado y todavía un poco sorprendido, Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y desde ayer nombrado nuevo cardenal ha confiado en poder seguir trabajando y colaborando por "un bien común, el diálogo, la libre comunión y por la no confrontación".

Omella, al que el Papa Francisco le impondrá el birrete púrpura el próximo 28 de junio, ha recordado durante su primera intervención ante los medios de comunicación después de que ayer se conociera su nombramiento la intención de trabajar por la "fraternidad y comunión entre culturas".

Preguntado sobre el reciente comunicado de la Conferencia Episcopal Tarraconense que pedía que "las legítimas aspiraciones del pueblo catalán" fueran escuchadas

, Omella ha incidido en que en la Iglesia "no hacemos política, nosotros hacemos una lectura de fe" y ha reiterado que quieren "colaborar y trabajar con el pueblo de Cataluña y por un bien común conociendo sus muchas sensibilidades".

«Gran sorpresa»

Omella, de 71 años y que todavía no hace dos años que está al frente del Arzobispado de Barcelona, ha narrado cómo recibió con "gran sorpresa" la noticia, que le sorprendió en una visita a unos locales de Cáritas y a la Virgen de los Desamparados en una jornada cuyo programa mantuvo por completo, ha explicado. Por la tarde, también visitó una prisión barcelonesa.

El arzobispo, que todavía no ha hablado telefónicamente con el Pontífice, ha considerado que su elección y la de los otros cuatro cardenales, son una señal de renovación en la Iglesia.

Además, ha subrayado la "gran responsabilidad" que supone para él trabajar muy cerca del Papa y mantener su tarea en Cataluña. Así, ha considerado que su nombramiento reforzará los estrechos vínculos entre el Vaticano y la Diócesis de Barcelona.

"Cualquier cargo dentro de la Iglesia es un servicio, es para un mejor servicio de los demás, y no es un cargo hacia arriba, sino hacia abajo", ha sentenciado el arzobispo barcelonés.

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