PROCESO SOBERANISTA

Barcelona exige la dimisión de Rajoy por un «golpe de Estado encubierto»

El pleno aprueba gracias a la abstención de BComú una proposición para reclamar al Gobierno el respeto y reconocimiento al 1-O

Colau, ayer durante el pleno municipal EFE

A. C.

Nuevo pleno municipal en Barcelona centrado en el difícil momento político catalán. El Ayuntamiento celebró ayer su sesión ordinaria de septiembre, que se había aplazado una semana para intentar que el 1-O no se entrometiera demasiado en la actualidad de la ciudad. A la práctica, a pesar de haber pasado la fecha del referéndum ilegal , la controvertida votación del pasado domingo protagonizó la jornada.

Entre las diversas proposiciones que llegaron al salón Carles Pi i Sunyer, destacó la que presentaron conjuntamente el grupo Demòcrata, ERCy la CUP que clamaba por la dimisión del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; del ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, y del delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, por un «golpe de Estado encubierto». La iniciativa tiró adelante con los votos favorables de los defensores, la abstención de BComú y el rechazo del PSC –socio de gobierno–, Cs y PP.

La medida denunciaba la escalada represiva del Estado contra el pueblo catalán, la suspensión de la autonomía de Cataluña y de los derechos civiles y políticos durante los últimos días y exigía el reconocimiento y respeto del referéndum así como la retirada inmediata de todos los cuerpos de seguridad que han venido temporalmente a Cataluña.

«Tiempo para la mediación»

Durante el intenso debate que se produjo entre los grupos, el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, aseguró que «necesitamos tiempo para la mediación y para parar la escalada de violencia». El líder socialista y segundo teniente de alcalde, Jaume Collboni, tildó de «desproporcionada, un error cruel, una demostración más de impotencia que de legitimidad» la actuación policial impulsada por el Gobierno.

Por su parte, la dirigente de Cs Carina Mejías recordó que no se puede construir nada en contra de la mitad de la población, mientras que el líder del PP en Barcelona, Alberto Fernández, pidió a la Generalitat que rompa con la CUP y criticó que se haya señalado a partidos y entidades.

Por otro lado, el pleno de ayer acordó una declaración institucional de rechazo a los actos vandálicos , considerados de «turismofobia», del pasado verano y además se aprobó, a propuesta de BComú, rechazar la construcción de una nueva terminal de cruceros en el Puerto de Barcelona sin que antes se realice un estudio de su impacto.

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