Patinetes eléctricos de «narcos» para los Mossos

El juez que dirigió el gran golpe a los narcopisos de Barcelona acepta la petición de la Policía catalana de disponer de los vehículos hasta que haya sentencia

Un patinete eléctrico circula por Madrid, en una fotografía de archivo EFE

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Los Mossos d’Esquadra no quieren que esos vehículos corran la misma suerte que aquellas lanchas incautadas a los narcos, que, tras el decomiso, acababan pudriéndose en muelles o depósitos. No es la Ría de Arousa sino el Raval de Barcelona; y lo intervenido no son potentes planeadoras que introducían toneladas de hachís a través de la accidentada costa gallega sino prácticos patinetes eléctricos para mover al por menor la droga entre los narcopisos. Pero el paralelismo es evidente, aunque a menor escala: vehículos pilotado por traficantes que ahora podrían ser usados para perseguir a los camellos.

En octubre, los Mossos d’Esquadra protagonizaron el mayor golpe policial hasta la fecha en la capital catalana contra los narcopisos. Un operativo sincronizado en el que centenares de agentes tiraron abajo las puertas de decenas de pisos que habían sido okupados por traficantes y eran usados para la venta de droga. Un total de 58 supuestos implicados fueron detenidos. Toda la cadena jerárquica fuera arrestada, desde la cúpula de la organización hasta colaboradores de los escalafones más bajos. Entre ellos estaban los que en el argot policial se conocen como «aguadores» que, en ocasiones, utilizaban patinetes y bicicletas eléctricas para mover la droga en pequeñas cantidades entre los locales de suministro. Nunca llevaban más de cinco gramos de cocaína o heroína, y estos sencillos medios de transporte, tan de moda ahora en la capital catalana, les resultaban muy eficaces para desplazarse a gran rapidez y escapar de los agentes en caso de ser descubiertos por los Mossos o por la Guardia Urbana.

En esa operación, los Mossos d’Esquadra intervinieron más de una decena de patinetes y cinco bicicletas eléctricas. Y la Policía catalana no quiere que estos vehículos corran las mismas suerte que aquellas lanchas de los narcos gallegos. Por eso pidieron al juez del caso, el titular del Juzgado de Instrucción número 27 de Barcelona, Francisco Javier Paulí, poder utilizar temporalmente los patinetes y las bicicletas, hasta que se dicte sentencia definitva. El magistrado ha aceptado, según adelantó Efe. Y recuerda, en su auto, que estos patines y bicicletas «no han sido reclamados por los posibles propietarios, ni se han hecho alegaciones».

Fuentes policiales consultadas por ABC explican que el uso que se le puede dar a estos vehículos es diverso. Descartan, al menos por ahora, la imagen de un agente de los Mossos, uniformado, patrullando las calles de la capital catalana sobre un patinete eléctrico. Pero, según las mismas fuentes, podrían ser usados, eso sí, por policías de paisano para labores de vigilancia en el casco antiguo barcelonés –Ciutat Vella– y otros distritos de Barcelona, tanto para labores de seguridad ciudadana como también de salud pública. En definitiva, controlar, precisamente, a los colegas de negocio de propietarios de los patines eléctricos y bicicletas.

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