Manolete, de vuelta a Barcelona

Mientras sigue la tocata y fuga del expresident, la vida sigue. Permanecen en prisión algunos de los que en julio de 2010 votaron en el Parlament a favor de la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, y la vida sigue para los aficionados.

En este otoño convulso, se mantiene viva la llama de esa afición tan maltratada.

Así, la Casa de Madrid en Barcelona no ha dudado en poner en marcha, un año más, su Feria de Otoño los viernes, que se visten de cultura y oro, en donde se habla de toros.

Para este año, el infatigable Fernando del Arco, ha compuesto un cartel en torno a la figura del diestro Manuel Rodríguez «Manolete», en el centenario de su nacimiento. Manolete, que tuvo en la Ciudad Condal el mayor reconocimiento. Aquí toreó setenta tardes, hizo historia en muchos días de gloria, y fue el ídolo de una generación de catalanes.

El periodista José María Alarcón abrió la Feria, el pasado viernes, para hablar de un torero inigualable «desde la frustración de no haberlo visto torear». Un análisis de su toreo, de su personalidad, de las circunstancias que marcaron su muerte.

Para esta semana, se anuncia Guillermo Serna, y para la siguiente está en cartel Francisco Laguna, biógrafo del diestro cordobés, y se presentará la segunda entrega del «Parnaso Manoletista», la magna obra de Fernando del Arco.

El nuevo volumen añade más de seiscientos poemas sobre la figura de Manolete. Seicientos que se suman a los ochocientos de la primera entrega. ¡Casi nada! El día 24, el aficionado Salvador Balil disertará sobre «Manolete y la profecía de Belmonte», y el filósofo francés François Zumbiehl cerrará el ciclo analizando la figura mítica y mística del torero que marcó profundamente a la sociedad española de los años cuarenta. Manolete, de vuelta a Barcelona.

Manolete, en la Casa de Madrid. La vida sigue hasta en esta Cataluña conmocionada y trémula.