Alberto Fernández - Tribuna abierta

La incógnita de Colau

Colau debe ser clara y no silenciar su ambigüedad y sus contradicciones con ataques a Mariano Rajoy y al gobierno de España

Cuando queda poco más de quince días para que sea 1 de octubre, fecha marcada por Carles Puigdemont y los independentistas para hacer el referéndum ilegal, todavía no sabemos que decisión va a tomar la alcaldesa Ada Colau al respecto. Desde la ambigüedad absoluta, sigue sin expresar de forma clara su decisión final: ceder locales municipales o decir definitivamente que no dará apoyo al 1-O.

Si Colau cede equipamientos municipales para este referéndum ilegal convertiría al Ayuntamiento de Barcelona en un cooperador necesario del independentismo, por lo que cabría iniciar acciones judiciales contra la alcaldesa, ya que Barcelona no puede ponerse al servicio del independentismo. En el último pleno municipal del 21 de julio, se tuvo que retirar una propuesta que proponía favorecer la cesión de espacios para la realización del referéndum. Se retiró porque la mayoría del pleno rechazaba esta pretensión independentista, por tanto, la alcaldesa no tiene ningún tipo de amparo político ni legal para ceder locales para celebrar un referéndum.

Colau debe ser clara y no silenciar su ambigüedad y sus contradicciones con ataques a Mariano Rajoy y al gobierno de España, mientras guarda silencio a la hora de apoyar a los alcaldes democráticos que cumplirán la ley y que, por ello, son intimidados por el presidente de la Generalitat y el independentismo radical.

El PSC como socio de Colau en el Ayuntamiento debe romper su silencio y actitud condescendiente, empezando por abandonar el gobierno si se cede al independentismo o vetar desde dentro ceder equipamientos vinculados a los ámbitos de gestión socialista como bibliotecas, casals o centros cívicos. Si no lo hace, el PSC puede convertirse en colaborador de este referéndum ilegal.

A pesar de las presiones, Colau es locuaz y cómplice con el proceso independentista, pero en cambio muda para resolver los problemas de Barcelona, desde los incidentes con los manteros, el repunte de los precios en los alquileres, la situación de los narcopisos del Raval, la turismofobia o el desorden y caos que se avecina por la implantación improvisada y precipitada de los carriles bici. La alcaldesa, de estos temas, no habla, pero no deja de hablar, sin decir nada nuevo, del referéndum independentista.

Alberto Fernández es presidente del Grupo Municipal del PP en Barcelona.

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