Carina Mejias - Tribuna Abierta

Facebook y las mentiras del «procés»

«La empresa tendrá como objetivo evitar que se publiquen historias y noticias que carezcan de veracidad»

Facebook acaba de anunciar que su unidad contra las «fake news» (noticias falsas) tendrá sede en Barcelona. Que una empresa así escoja Barcelona, después de la huida masiva de empresas y con la desconfianza que ha generado el proceso independentista , es una gran oportunidad. Pero al contrario de lo que pueda parecer, es una mala noticia para los separatistas porque la empresa tendrá como objetivo evitar que se publiquen historias y noticias que carezcan de veracidad.

La empresa viene como anillo al dedo en un tiempo en que el separatismo ha construido su relato a base de mentiras. Tradicionalmente, las mentiras se construían en supuestos agravios históricos. En ese campo, la historia de la guerra de sucesión de 1714 entre austracistas y borbónicos transmutó en el imaginario separatista en una guerra de España contra Cataluña. También sobre agravios lingüísticos como la supuesta persecución del catalán, cuando no hay una sola escuela que escolarice en castellano y sí en inglés o en alemán.

Y los más trabajados, los agravios económicos, como el de «España nos roba». Un mantra que quedó demodé al conocerse la trama corrupta que había saqueado las arcas catalanas durante 30 años. Ahora, Cataluña tiene su hacienda quebrada y un agujero económico de 70.000 millones. Es el gobierno de España el que paga las facturas .

No menos importantes, aunque sí más divertidas, son las mentiras con las que algunos han intentado engañarse a sí mismos. Las mentiras de Pujol sobre su herencia, las ínfulas de Romeva, dándoselas de ministro de un Estado que no existe, las de Puigdemont y su tropa en Bruselas, atribuyéndose un exilio forzoso, que es en realidad una huida por pura cobardía y miedo. Y luego está Rufián.

Esta semana hemos oído a Gabriel Rufián afirmar en sede parlamentaria, sin sonrojarse, que los «Jordis» están encarcelados por subirse a los coches patrulla destrozados por el vandalismo independentista «con permiso de la Guardia Civil». Lo que no esperaba Rufián es que alguien comprobara la mentira para hacerla correr por la red. Y es que el mismo Jordi Sànchez manifestó en sede judicial que jamás pidió permiso y que, como consecuencia, jamás le fue concedido. No hay mentira que no llegue a descubrirse. Y es que en tiempos de posverdad, las fábulas del «procés» empiezan a resultar grotescas. Como dijo el clásico, la verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés.

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