Santi Rodríguez - Tribuna Abierta

Es la democracia

¿Existe una autoridad moral superior que se arroje la potestad de decidir qué leyes se aplican y cuáles no?

Es la democracia

Son ya cinco años los transcurridos desde que Artur Mas, lanzara el órdago independentista a la democracia española. Muchas han sido las imágenes que en otras tantas jornadas revestidas de épica han intentado adornar los independentistas, sus reivindicaciones. Pero la épica se agota y se empieza a visualizar la auténtica cara del órdago, que no es más que un órdago a la democracia.

El Pleno del Parlament de la semana pasada donde se atropellaron torpemente los derechos de los diputados de la oposición, es una de las auténticas imágenes del proceso independentista. Una exigua mayoría absoluta de diputados, que no alcanza a representar a la mayoría de ciudadanos, llegó incluso a apelar sin rubor a sus derechos constitucionales para aprobar sendas leyes “excepcionales y supremas” que pretenden superar la Constitución y el Estatut.

Qué gran paradoja que en un Parlament democrático en el que se elaboran leyes que obligan a los ciudadanos, se diga que hay leyes que se pueden ignorar. Entonces, ¿qué autoridad democrática le queda a ese Parlament? ¿Existe una autoridad moral superior que se arroje la potestad de decidir qué leyes se aplican y cuáles no? Si esto fuera así, no podemos estar hablando de democracia, ni de proceso democrático, sino de todo lo contrario.

No hace falta demasiado más que una lectura de la suspendida ley del referéndum, donde se pretenden suspender los derechos democráticos de los catalanes, por ejemplo donde se suspenden las garantías jurídicas y se crea una Junta electoral independentista como máximo órgano electoral. O a la también suspendida ley de transitoriedad, donde el nombramiento de jueces se atribuye al President, o se encarga la redacción de una hipotética constitución a órganos extraparlamentarios, carentes de ningún tipo de mandato representativo. La denuncia del uso de métodos chavistas, no es ni una ocurrencia, ni una casualidad, es una realidad que la semana pasada se hizo perfectamente visible en el Parlament de Catalunya.

Lo que en estos momentos está en juego en Catalunya, no es solo el hipotético futuro de los catalanes al margen de España y de Europa, lo que está en juego es la democracia y el Estado de Derecho, que es la garantía de convivencia, pero también de progreso de nuestra sociedad.

Sin duda el reto hoy debe ser preservar la democracia en Cataluña, pero el día 2 de octubre el reto debe ser devolver las instituciones catalanas al camino de la democracia y del Estado de Derecho que es el único que puede garantizar la prosperidad de nuestra sociedad.

Santi Rodríguez. Secretario General del Partido Popular Catalán

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