Amalia Martínez Muñoz: «Viajar es aprender a ver»

La pintora y profesora del Arte gana el XIV Eurostars de Narrativa de Viajes con «Mundos extremos»

Amalia Martínez Muñoz, durante al entrega del galardón ABC

Sergi Doria

«El nacionalismo se cura viajando», escribió Baroja. Y a fuerza de viajar, Amalia Martínez Muñoz, ha puesto su mirada de pintora y profesora de Historia del Arte sobre siete lugares únicos del planeta. «Mundos extremos» es la obra ganadora del XIV premio Eurostars de Narrativa de Viaje s -18.000 euros de dotación- que organiza el grupo Hotusa con la colaboración de RBA y la Universidad de Barcelona.

«La naturaleza no imita al arte, es el arte el que nos ayuda a ver la naturaleza», apunta Martínez Muñoz. Mientras viajaba por México, Bolivia, Perú, Chile, África Occidental o Australia, la mirada de la pintora conjuraba la tentación turística: «La emoción ante lo que veía me hacía pensar en Gauguin o Kandinski». El jurado integrado por Carme Riera, Alfredo Conde, Ana Sanjurjo, Adolfo Sotelo y Luisa Gutiérrez ha valorado esa mirada estética y el buen uso del idioma de la ganadora.

Acostumbrada a viajar sola, la autora de «Mundos extremos» era la pesadilla de los guías turísticos: «Me sorprendía que no dieran importancia a unos paisajes que a mí me cautivaban y me separaba del grupo», recuerda. Provista de una diminuta libreta, la viajera iba tomando notas de todo lo que veía: «Me place escribir en cualquier momento». El verbo «me place» suena como un guiño frente al «me gusta» de las redes sociales, ironiza.

Además del «andar y ver», Martínez Muñoz constató en sus periplos viajeros que los seres humanos comparten un tronco común con los matices diferenciales de las culturas respectivas. «Como advirtió Jung, somos uno y nos reflejamos en los mismos arquetipos, los incas conservan un mito idéntico al Diluvio Universal del Antiguo Testamento. Sus dioses 'ahogan' el mundo. El agua tiene también carácter purificador en Japón y Senegal».

El título de «Mundos extremos» alude a la excentricidad y de entre esos “mundos”, Martínez Muñoz se queda con Australia y su desierto: «Me impactó mucho más que la selva. Adelaida es el mejor museo etnográfico que podemos encontrar en el mundo», subraya. También le impresionaron los termiteros y las milenarias pirámides de México: «Ambos tienen en común su forma de montaña, sea obra de la naturaleza o de los aztecas».

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