Educación

Universidad Isabel I: a la vanguardia

Esta institución académica inaugura su centro de I+D+i, en el que trabajarán diez grupos de investigación

Inauguración del nuevo edificio de la Universidad Isabel I en Burgos R. O.

PEDRO SEDANO

La Universidad Isabel I continúa su expansión y ya ocupa 8.000 metros cuadrados del antiguo Seminario Mayor de Burgos. En menos de un año ha conseguido transformar la antigua casa de las monjas. Se suman a 6.000 metros cuadrados donde desarrollan parte de su actividad, aunque el centro sigue teniendo clara su actividad «on line», hasta el punto de que el 90 por ciento de sus más de 5.000 alumnos son de fuera de Castilla y León.

El equipo docente cuenta ya con 400 profesores, el 70% doctores y con una media de edad de 38 años, entre ellos los 80 expertos que trabajarán en su nuevo centro avanzado de investigación y aplicación del conocimiento, donde diez grupos de investigación desarrollan ya su actividad. Es un Centro de I+D+i con «laboratorios vinculados a titulaciones como nutrición y dietética, ciencias de la actividad física y el deporte, ingeniería y seguridad», señala el rector de la Universidad, Alberto Gómez Barahona.

Asegura que se trata de un centro puntero, hasta el punto de que dispone de equipamientos e instalaciones que son únicos en Burgos y, en varios casos, también en Castilla y León. De hecho, combinará su potencial docente con servicios a la sociedad y a empresas en varios campos. Tendrá capacidad, por ejemplo, para realizar análisis de estructuras corporales, análisis nutricionales, biomecánicos, pruebas periciales de informática, neurociencia o ciberseguridad. Esto permitirá ofrecer resultados complejos para monitorizar el corazón de un deportista en una situación de máximo esfuerzo; evaluar reacciones no conscientes de una persona; o identificar a alguien solo por la huella de sus labios. La Universidad, según explica su rector, «contaba con los cerebros» y ahora se apoyará también en los medios para aprovecharlos al máximo.

El proyecto

Para hacerse a la idea del empuje que ha requerido sacar adelante el proyecto en menos de un año, solo hay que ver el aspecto original, prácticamente de un edificio arruinado, y el proceso de recuperación que ha sufrido, pese a la complejidad técnica que supone cumplir el Plan Especial del Casco Histórico, el Plan Especial del Castillo y las especificaciones técnicas de un edificio singular, que obligan a protecciones estructurales y ambientales del inmueble.

Para el consejero de Educación de la Junta de Castilla y León, Fernando Rey, la Isabel I viene «a sumar y generar empleo, no a competir con el resto de universidades de la Comunidad». La prueba más evidente es que solo el 10% de sus alumnos procede de Castilla y León. De hecho, está enfocada a un tipo de alumno que no dispone de tiempo a horas concretas para asistir a clases presenciales de forma sistemática y acude a las aulas digitales para seguir el día a día de las asignaturas. Muchos de los alumnos son profesionales que se quieren reciclar.

El centro de investigación cuenta con cuatro plantas que albergan los laboratorios de Nutrición Humana y Dietética equipados con el Laboratorio de Evaluación Nutricional y Composición Corporal, Laboratorio de Biología Molecular, Microbiología, Laboratorio Físico-químico y Laboratorio de Tecnología Culinaria.

La zona dedicada al Centro de Investigación en Ciencias del Deporte cuenta con un espacio de estudio del comportamiento motor, análisis de la fisiología del ejercicio, salud y calidad de vida, un laboratorio de antropometría y análisis de la composición corporal, laboratorio de rendimiento deportivo y centro de estudios olímpicos.

El área de Neurociencia y Ciberseguridad Aplicadas tiene una zona de investigación, otra de desarrollo adaptativo y laboratorios de aplicación, pericial forense y co-creativa.

El edificio ha contado con una inversión de seis millones de euros

El objetivo es llevar a cabo en estas instalaciones diferentes investigaciones en el campo de la extracción forense de dispositivos móviles y que dichas pruebas se puedan utilizar para procesos judiciales. Asimismo, los alumnos pueden disponer de dichas instalaciones para realizar sus prácticas de pericia criminalística, investigaciones de documentoscopia, balística identificativa, lofoscopia e incluso diseño de protocolos de actuación y nuevas metodologías de laboratorio. De cara al exterior, los equipos de esta área permiten aportar análisis periciales en documentoscopia y caligrafía: extracción forense de datos de dispositivos móviles; investigación de accidentes, incendios y explosiones; identificación balística; acústica forense; barridos electrónicos físicos para detectar cámaras y micrófonos ocultos; y asesoría criminológica en cuestiones de seguridad y prevención.

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