La factoría supera hoy los 2.000 empleados
La factoría supera hoy los 2.000 empleados - F. BLANCO
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Renault: 50 años como líderes en motores

La factoría del rombo produce en Valladolid 1,5 millones de propulsores en un año

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Que una empresa se mantenga en activo 50 años se dice pronto. Pero que además en todo ese tiempo sea uno de los líderes mundiales en la fabricación es un objetivo que pocos alcanzan. Y este es el caso de la fábrica de Motores de Renault en Valladolid, una factoría que se instaló en la ciudad y se inauguró en 1965 gracias al fundador de la FASA, que obtuvo en 1951 la primera licencia privada de fabricación de automóviles de España. A finales de los años 60, sus principales accionistas se plantearon fabricar los componentes mecánicos en Valladolid. De esta forma, en 1963 se funda Fabricaciones Mecánicas S.A. (FAMESA) y en noviembre de 1965 se inaugura la factoría, con un total de 250 trabajadores y un gran nivel técnico.

El primer motor que se montó fue el llamado Motor C para el Renault 8. Desde entonces, la fábrica se fue nutriendo de importantes avances tecnológicos e, incluso, de los primeros autómatas, que modernizaron los procesos de la fabricación de motores. En los años 80 empezaron a fabricar el motor E, que supuso una transformación en el montaje, y en los 90 se consolidó el crecimiento de la fábrica. Pero, según el director de las factorías de Renault Valladolid, Manuel Guillermo, un hito significativo fue la llegada en 2001 del motor diesel K9, que supuso un salto cualitativo en cuanto a inversiones, flexibilidad y volúmenes de producción. Según Guillermo, «la fábrica no ha parado de evolucionar, y siempre se ha situado en la vanguardia tecnológica, y su equipo humano ha poseído desde el principio un muy alto nivel de motivación y de competencias».

El grupo humano es otro de los factores que más ha evolucionado en la factoría. Cuando la fábrica de motores abrió sus puertas, contaba con un equipo de 250 trabajadores. Con los años y el crecimiento de la empresa, la planta supera a día de hoy los 2.000 empleados, siendo el mayor nivel de empleo en los últimos 20 años. Pero por si fuese poco, durante los 50 años han trabajado más de 10.000 personas en la fábrica, unos empleados que, según el propio Guillermo, «han formado una gran familia».

En la actualidad, la factoría se encuentra en muy buen momento. A la transformación tecnológica que ha experimentado desde su apertura hay que sumarle que es la mayor planta de motores de la Alianza Renault/Nissan a nivel mundial por volumen de producción, y una de las mayores del mundo de todas las marcas. En 2014 se produjeron cerca de un millón y medio de motores, además de 18 millones de piezas mecanizadas. Por si fuera poco, el 50 por ciento de los motores de la marca a nivel mundial se fabrican en Valladolid, «además de que producimos para Dacia, Nissan, Mercedes-Benz o Infiniti». Renault exporta motores «made in Valladolid» a los cinco continentes y son reconocidos por multitud de clientes a nivel mundial.

En cuanto a nivel de empleo, la factoría cuenta con uno de los mayores niveles de los últimos 20 años, debido en gran parte a un nivel de inversión sostenido. Según afirma Guillermo, las personas «son el activo más valioso de la fábrica al contar con un alto nivel de competencia, al tiempo que se identifican con unos valores y una forma específica de trabajar».

I+D+i

La factoría de Motores está situada en la vanguardia tecnológica y de innovación, y posee un parque industrial muy moderno y muy competitivo que cuenta, además, con un potente centro de I+D+i de Ingeniería en Valladolid.

Como expectativas de futuro, Manuel Guillermo aclara que en un sector tan competitivo como la automoción «hay que seguir trabajando para mantener la excelente posición que hoy tenemos. Sólo manteniendo nuestra competitividad podremos seguir superándonos como lo hemos hecho en los últimos años».

El director de la factoría no pasa la oportunidad de recordar que Renault ha sido «la empresa que mayor impulso económico ha tenido en la ciudad de Valladolid y en la comunidad de Castilla y León». Además, no se olvida de todos aquellos que le precedieron en su cargo y que trabajaron para situar a la fábrica en una buena posición y aquellas primeras personas que «que tuvieron el sueño, la visión y el coraje de transformar aquella idea en una realidad que ha llegado hasta hoy más viva que nunca».

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