«Lo primero que hice cuando supe que ya no estaba siendo investigado fue llorar»

El viceconsejero de Economía y Competitividad, Carlos Martín Tobalina, asegura que «ni ningún político me ha llamado para disculparse ni lo esperaba»

Martín Tobalina, en su despacho durante la entrevista concedida a ABC F. HERAS

J. M. AYALA

Se desveló «todas y cada una de las noches» de los últimos cuatro años pensando que era «imposible» que estuviera siendo investigado por la Justicia. Una vez «desimputado» al no hallarse ninguna prueba de delito en su gestión en la compraventa del edificio de La Perla Negra -donde trabaja y al que tiene «cierta manía»- ni en la de los terrenos del polígono de Portillo y quedar libre de toda sospecha al archivarse el caso de las ITV, Carlos Martín Tobalina, viceconsejero de Economía y Competitividad, admite que su carácter ha cambiado, se ha vuelto «más receloso» y confía «menos» en la gente, pero lo que más le duele es «el sufrimiento» por el que ha pasado su familia. De las críticas y acusaciones que ha tenido que «soportar» por parte de dirigentes de los partidos de la oposición prefiere ahorrarse algunos adjetivos, pero asegura que él «hubiera actuado de una forma radicalmente opuesta». Ahora, cuando por fin ha podido estrenar su cargo de viceconsejero, intentará «proyectar en positivo» el «sufrimiento» por el que ha pasado.

«Es el momento oportuno de reparar una injusticia de alguien que, siendo inocente, estuvo sometido durante años a tensiones personales y políticas y a la criminalización de la oposición y a las penas de telediario». Estas palabras las pronunció la consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, el día que usted, después de tres años en funciones por su condición de investigado, tomó finalmente posesión como viceconsejero.

Estaba a su lado cuando las dijo. Es algo que le agradeceré toda la vida, pero aún más la confianza que han demostrado tanto ella como el presidente de la Junta a una persona que estaba siendo investigada como era mi caso. He pasado cuatro años por este proceso y la reflexión que hago es que ni siquiera me quiero dar la oportunidad de decir que todo esto ha sido injusto. Creo en la Justicia y en la división de poderes. Me hubiera gustado que hubieran llegado a esta conclusión mucho antes, no por mí, que sufro y lo hago constantemente, sino sobre todo por mi familia, que son los que peor lo han pasado. Aunque esta situación me ha reafirmado en lo que venía haciendo y creyendo, no te oculto que deja heridas importantes. Lo que pensé cuando escuché a la consejera es que el resto del tiempo que estuviera en la función pública intentaría proyectar en positivo el sufrimiento que he tenido que soportar este tiempo, sobre todo por la mal llamada pena de telediario. Creo que es muy injusto someter a un cargo público, a una persona en definitiva, a un juicio mediático.

¿Qué sintió el día que conoció que la juez le desimputaba afirmando que usted no tenía «ninguna responsabilidad criminal» sobre el caso?

(Se emociona) Lloré. Mucho.

¿Y después lo celebró?

Este proceso me ha dejado sin energías. Pasé por una situación delicada hace dos meses. Me había imaginado muchas veces el momento en el cual me iban a dar esa información y lo que hice, después de llorar mucho, fue dar las gracias a los servicios jurídicos de la Junta, al equipo que me ha estado acompañando y, sobre todo, hablar con mi familia. No hay mucho que celebrar después de cuatro años así.

¿Y que pensó muchos meses antes, cuando le comunicaron que estaba imputado (entonces se denominaba de esta manera)?

Podía tener esa intuición al estar en un circulo de una Consejería tan horizontal y al estar en algún consejo de administración, aunque no tenía nada que ver con los hechos que se están juzgando, pero cuando te lo comunican, aunque sea inexplicable para el que no le haya ocurrido, te da un vuelco el corazón. Ha sido el peor día de mi vida. En cambio, cuando me comunicaron que dejaba de estar investigado no fue ni mucho menos el mejor.

¿Pensó en dimitir en algún momento de este periplo?

Cuando estás ejerciendo una labor de gestión pública, con tantas tensiones en el ámbito de la economía y con la que esta cayendo ahora mismo, la sombra de la dimisión acecha todos los días. Al final, si crees en lo que estás haciendo, pues uno se anima a continuar. Durante estos años he pensado también que hay personas que han depositado en mí su confianza y también eso influye, pero soy humano y ha habido momentos de flaqueza. Muchísimos. Constantemente te diría. A amigos les digo más o menos en broma que desconfíen de los cargos públicos que siempre tienen buena cara. Somos personas como cualquier otra, y se sufre mucho.

¿Qué piensa cuando oye decir a un ciudadano de a pie que alguien es culpable por el mero hecho de ser investigado?

Entiendo que es un proceso que no tiene vuelta atrás. Hasta cierto punto veo lógico que en una mentalidad de alguien que no está metido en la gestión pública y al que le han enseñado que el responsable del importante empobrecimiento de la clase mayoritaria media española durante la crisis han sido los gobiernos de turno, sustentados por el PSOE y luego por el PP, en cuanto aparece el nombre de un político en un titular con la consideración de investigado, le conviertan en ladrón y corrupto a él y a toda su familia. No es correcto, pero a eso hemos llegado.

¿Algún ciudadano le ha reprochado algo por la calle a usted o a su familia?

No he tenido enfrentamientos ni nadie se ha dirigido a mí en esos términos. Lo que he llevado peor es la especie de lamento del círculo más o menos cercano que durante estos años se me acercaban y prácticamente me daban el pésame. Era una especie de consolación preventiva.

¿Cómo llevaba los ataques personales por parte de los partidos de la oposición?

Entiendo que es parte del escenario que todos hemos ayudado a crear. Aunque no haya nada personal contra el individuo investigado, utilizarlo para debilitar a un partido político o un gobierno me parece absolutamente injusto. Es el sistema en el que vivimos, pero echo de menos algo más de humanidad. Cuando se hace un ataque de ese tipo, creo que hay que ser lo suficientemente honesto como para asumir que se está haciendo daño, porque no hay que olvidar que un investigado no es responsable todavía de ningún hecho delictivo. He pensado mucho en todo esto. Ha habido muchas noches de desvelos, te cambia el carácter también, te haces más receloso, confías menos en las personas, meditas todo más... Eso es lo negativo. Lo positivo es que aprendes a relativizar casi todo.

¿Alguno de los políticos que le han señalado y atacado en este tiempo le llamaron para disculparse o para darle la enhorabuena?

Ninguno. Nadie

¿Le hubiera gustado?

No.

¿Por qué?

No espero nada de este tipo de gente y de quien no espero nada me hubiera sorprendido algo. Sólo sé que yo, en su caso, habría actuado de forma radicalmente opuesta y por eso estoy muy tranquilo.

Pese a que cuatro altos cargos de la Junta dejaron de estar investigados por estos casos, los partidos insisten en colocar a Castilla y León en el epicentro de la corrupción.

No tengo una perspectiva muy política porque vengo de la trinchera, pero no se puede decir que ha habido corrupción así general en Castilla y León y abogo por juzgar a un gobierno por lo que hace en su legislatura y no por lo que pudo o no hacer otro hace diez o quince años. Lo lógico es que si hay pruebas de algo se lleve a la Justicia, pero el verter constantemente y de forma indiscriminada dudas sobre la honorabilidad de un gobierno por hechos del pasado me parece realmente injusto, pero la realidad es que hay un caldo de cultivo que da validez a la crítica más o menos gratuita.

¿Cree que el fallecido Tomás Villanueva debería haber hecho algo diferente a como lo hizo en su momento en los asuntos que se están investigando?

Debo tener una exquisita sensibilidad sobre una persona que ya no esta entre nosotros, lamentablemente, y que fue mi consejero en mis dos primeras legislaturas. Que haya opiniones en medios o desde el abanico parlamentario más o menos interesadas y que apunten a un consejero lo veo desde un punto de vista más o menos lógico pero habitual en todos estos procesos donde se tiende a tirar siempre a la cabeza. Se me hace difícil decir algo más sobre esa cuestión y sobre Tomás Villanueva.

¿Tiene manía al edificio por el que fue investigado y trabaja todos los días?

(Sonríe) Cuando lo veo desde lejos sí que le tengo cierta manía y me trae a la memoria momentos muy difíciles que he vivido, pero luego tengo que pasar muchas horas al día dentro e intento hacer de esto un espacio confortable como para sudar mucho e intentar sacar adelante parte de la gestión publica que tengo encomendada.

¿Le gustaría seguir siendo un alto cargo de la Junta la próxima legislatura?

Ni me lo planteo. En esta legislatura he estado tres años como viceconsejero en funciones y ahora ya estoy «funcionando». Han sido doce años de mi vida en los que he tratado de dar el máximo por el interés general. También tendría que hablar con mi familia, pero entiendo que es muy difícil que siga en la gestión pública.

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