Con los pies en la tierra

Pocos dirigentes populares sostienen en privado que este sea un momento para mantener la calma y no ocultan su preocupación por la situación que vive el partido. Saben que las encuestas no son ley, pero sí un indicador para analizar lo que está pasando y por qué esta pasando. No ven cruzarse de brazos como lo mas efectivo, porque la oposición se encargará de que no escampe y el costo electoral puede ser alto. Tal vez por ello, el presidente regional de los populares, Alfonso Fernández Mañueco, consciente de lo mucho que hay en juego en 2019, no esté dispuesto a que pase el vendaval y trate de imponer un toque de queda interno en la organización que haga que se despliegue lo más eficaz de una maquinaria electoral que siempre funcionó como como un reloj, pero que ahora tendrá que hacerlo más a fondo que nunca.

Mañueco está realizando trabajo interno, volcado en la vida del partido y abriéndolo a sectores sociales. Pero su gran reto será hacia el exterior, hacia los votantes, con un mensaje claro y que sea capaz de ilusionar a un electorado que, según las encuestas, flaquea. Por eso tendrá que profundizar en el rearme programático que se espera del PP y junto a los nuevos mensajes tendrá que promover una evidente renovación de caras y cargos, porque es un hecho que tiene que lograr llegar con una organización viva, con banquillo y sensible a los mensajes que emite la sociedad. Lo contrario sería estar anclado y encorsetado como incomprensiblemente se empeña en mostrar la cúpula de la organización.

Ciudadanos está al acecho para recoger los votos que puedan irse del PP, aunque posiciones como la mostrada por Luis Fuentes el domingo en ABC, negando el activo de Arrimadas en la victoria en Cataluña y criticando por todo al PP, con quien luego pacta, no parezcan la estrategia más acertada para esta formación.