Percusión terapéutica

Más de una veintena de personas con parálisis cerebral participan desde hace ocho años en los talleres de la Oscyl, que la orquesta extenderá este año a otros colectivos y provincias

Andrew Gourlay y Jordi Gimeno, junto a los participantes en uno de los talleres de la OSCyL en Aspace F. HERAS

H. DÍAZ

«Simplemente verles que pueden cambiar el gesto, su cara de felicidad o el subidón que les entra. Ése es el principal logro». Quien habla es Belén Mulero, educadora social del centro Aspace de Valladolid, y una de las personas que comparte con las 22 personas con parálisis cerebral los talleres que semanalmente imparten miembros de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (Oscyl) en el marco de su actividad sociocultural. Ayer tocó hacer balance de los ocho intensos años y el resultado, señalaron, es más que evidente: «Nos han enriquecido a todos».

El centro Aspace fue junto con el colegio Allúe Morer (que participa en los talleres socioeducativos de la Oscyl) uno de los primeros destinos de este proyecto que cumplirá dentro de dos años una década y que nació, recordó el director técnico y artístico de la formación, Jordi Gimeno, como «uno de los ejes estratégicos del discurso de la orquesta, junto con el artístico». «Empezamos con Aspace porque buscábamos centros donde hubiera receptividad, unos usuarios que pudieran beneficiarse de nuestra actividad y a la vez enriquecer la propia vida musical del músico profesional, que de esta forma se acerca a colectivos que están en el entorno pero que no tienen fácil acceso al auditorio», resumió.

Los proyectos del área socioeducativa fueron creciendo y la Oscyl cuenta ahora también con talleres en el Centro Zambrana, en el mencionado colegio Allúe Morer y en la Asociación de Daño Cerebral Adquirido Fundación Camino de Valladolid, y a su vez interaccionan entre ellos con diferentes actividades. Asimismo, anunció Gimeno, esta iniciativa seguirá implentándose este año con otros siete proyectos hasta llegar a 16: «La idea es contar con dos en cada capital de provincia», sostuvo el director técnico, recordando que el destino de estos talleres siempres serán «centros con ciertas especificidades, bien sean colegios con población en riesgo de exclusión social o centros del tercer sector tipo Aspace».

«Comunicación natural»

Los talleres de Aspace son impartidos por profesionales de la Oscyl y también colaboradores externos con una periodicidad semanal de tal manera que intercalan actividad en un grupo más amplio -formado por 22 usuarios de Aspace- con otra para un colectivo más reducido, «de unas tres o cuatro personas», que suelen estar más gravemente afectadas. La iniciativa comenzó con «tres o cuatro chelos» y se ha ido diversificando, aunque fundamentalmente recurren a instrumentos de percusión: tambores, cascabeles, panderetas, xilófonos...

«Los talleres permiten al músico volver a conectar con el poder de la música», señala Gourlay

¿Y qué les aporta a estos chicos? Mucho, sostuvo Alicia Mateos, responsable del centro Aspace en Valladolid: «Han aprendido ciertas cosas que pensábamos que sería muy complicado para ellos: ritmos suaves, sencillos... Pero también a identificar los días de la semana». Y además, «surge en ellos una comunicación natural y a las familias les ha dado una visión extraordinaria de sus hijos, ya que pensaban que estaban tan afectados que no podían hacer nada».

El beneficio es mutuo. «Al músico este tipo de talleres le hace cambiar su mente y reconectar con el poder de la música», coincidieron Gimeno y el director titular de la Oscyl, Andrew Gourlay, quien acudió junto con Gimeno a visitar a los usuarios que participan en los talleres.

Noticias relacionadas

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación